¿Por qué salen ganglios en el cuello?
No hay nadie mejor que nosotros mismos para notar cambios en nuestro cuerpo, por eso cuando percibimos un bulto en el cuello, una protuberancia que antes no estaba allí, la preocupación puede ser enorme.
Es común asociar los bultos en el cuello con el cáncer, sin embargo, no necesariamente tiene que tratarse de esta enfermedad. Existen muchas otras condiciones y patologías que pueden ocasionar la aparición de estas protuberancias, por eso, si te interesa conocer más del tema, en este artículo te contaremos todo lo que debes saber sobre los ganglios en el cuello.
Contenidos
¿Qué es un ganglio?
Los ganglios o ganglios linfáticos son estructuras esféricas que forman parte de nuestro sistema linfático. Están formadas por células del sistema inmune de nuestro cuerpo y tienen un papel vital en la capacidad de este para combatir infecciones.
Funcionan como filtros, atrapando virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar otras partes de tu cuerpo. Hay cientos de ganglios en nuestro cuerpo y muchos de ellos se encuentran en la región de la cabeza y cuello, siendo estos los que se inflaman con mayor frecuencia, así como también los de las axilas e ingles.
¿Por qué aparecen bultos en el cuello?
Normalmente, pueden aparecer dos tipos de bultos en el cuello: ganglios inflamados y masas o protuberancias (que pueden ser benignas o no). Es decir, tus ganglios siempre han estado allí, solo que se hacen visibles cuando existe una condición subyacente que los hace inflamarse.
Los ganglios se inflaman por lo general como respuesta ante alguna infección, pero también puede ser ocasionado por ciertos medicamentos, enfermedades del sistema inmunológico y cánceres como el linfoma y la leucemia. No obstante, también es posible que los ganglios se inflamen sin motivo aparente, en cualquier caso, si la inflamación empeora o no desaparece tras unas semanas es recomendable acudir con un especialista.
¿Dónde pueden aparecer?
Los bultos en el cuello pueden localizarse dentro o debajo de la piel, como es el caso de los quistes sebáceos, acné quístico, o lipoma. Pueden ser duros o blandos y sensibles o no sensibles.
El lugar donde se originan es fundamental para determinar de qué se trata. Debido a que el cuello es una estructura anatómica compleja, donde hay muchos músculos, tejidos y órganos, hay muchos lugares donde puede aparecer un bulto, entre estos:
- La glándula tiroides
- Glándulas paratiroides, que son cuatro glándulas pequeñas ubicadas detrás de la glándula tiroides
- Músculos del cuello
- La tráquea
- La laringe
- Vértebras cervicales
- Nervios del sistema nervioso simpático y parasimpático
- El plexo braquial, que es una serie de nervios que van a las extremidades superiores.
- Glándulas salivales
- Varias arterias y venas
- Ganglios linfaticos
¿Qué síntomas pueden presentarse?
Debido a que los bultos en el cuello pueden ser causados por una gran variedad de infecciones y enfermedades, pueden presentar síntomas muy diversos. Mientras que algunas personas pueden no tener síntomas, otros tendrán condiciones propias de la enfermedad que les está causando el bulto.
En general, si la protuberancia es causada por una infección, los ganglios linfáticos se inflaman haciéndose más visibles y perceptibles al tacto. También puede haber dolor de garganta, dificultad para tragar o dolor de oído.
Por su parte, los bultos sólidos pueden bloquear las vías respiratorias, causando problemas para respirar o cambios en la voz. En ocasiones, las personas con bultos en el cuello causados por cáncer, presentan cambios en la piel alrededor del área afectada, sangre o flema en la saliva.
¿Qué causa la inflamación de ganglios?
La causa más común de inflamación de los ganglios linfáticos es una infección, particularmente una infección viral, como el resfriado común. Otras posibles causas, incluyen:
Infecciones comunes:
- Faringitis estreptocócica
- Sarampión
- Infecciones de oído
- Diente infectado (absceso)
- Mononucleosis
- Infecciones de la piel o heridas, como celulitis.
- Virus de inmunodeficiencia humana (VIH): el virus que causa el SIDA
Infecciones poco frecuentes:
- Tuberculosis
- Ciertas infecciones de transmisión sexual, como la sífilis
- Toxoplasmosis
- Fiebre por arañazo de gato
Trastornos del sistema inmunológico:
- Lupus: Es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el corazón y los pulmones.
- Artritis reumatoide
Cánceres
- Linfoma
- Leucemia
- Otros cánceres que se han propagado (hecho metástasis) a los ganglios linfáticos
¿Debo ir al médico si tengo un ganglio en el cuello?
Ya sea que se trate de un bulto o un ganglio inflamado, lo ideal es consultarlo con tu médico de confianza en cuanto sea posible. Si recientemente notaste una protuberancia en tu cuello, puedes esperar un par de semanas para ver si la inflamación cede por sí sola.
Muchas veces, procesos infecciosos leves como una infección de oído o de garganta, pueden causar la inflamación, por lo que esta debería desaparecer en un par de días. No obstante, si el bulto empieza a causar problemas para tragar, para respirar, continúa creciendo o notas cambios en la voz, es fundamental que acudas a un especialista lo antes posible.
¿Qué esperar durante la consulta?
Para diagnosticar el origen del bulto en tu cuello, tu médico general empezará evaluando tus síntomas, historial y resultados del examen físico. Si en esta primera etapa, se encuentra alguna infección o enfermedad común, podrían recetarse antibióticos y seguimiento, de lo contrario, podrías ser remitido a un especialista como un otorrinolaringólogo, endocrinólogo o un cirujano de cáncer de cabeza y cuello, para que se pueda realizar una evaluación más detallada.
Algunas de las pruebas más comunes que podría sugerir tu especialista son las radiografías de senos nasales, radiografías de tórax, ecografía de cuello, biopsia por aspiración con aguja fina, resonancia nuclear magnética y/o tomografía axial computarizada de la cara o el cuello.
¿Y si tengo cáncer?
Una vez tu especialista realice todas las pruebas necesarias, si se confirma el diagnóstico de cáncer, el plan de tratamiento dependerá de factores como tu edad, salud general, tipo de cáncer entre otros.
Las opciones de tratamiento para los cánceres de cabeza y cuello incluyen cirugía, radioterapia, yodoterapia (para los cánceres de tiroides) y quimioterapia. La detección temprana de la enfermedad es un elemento clave para el éxito del tratamiento.
¿Es recomendable extirpar los ganglios?
Durante la cirugía de cáncer de cabeza y cuello, es posible que se extirpen algunos ganglios linfáticos. Al tratarse de una parte de un complejo sistema de “filtrado” del cuerpo, es posible que el drenado del líquido linfático del área afectada se vea comprometido.
En general,esto puede causar una condición denominada linfedema, pero que en el area de cabeza y cuello no tiene mayores complicaciones. No obstante, se trata de una condición tratable, que no afectará tu sistema inmunológico y tampoco debería causar grandes complicaciones a tu salud general.
5 enfermedades que causan bultos en el cuello
Existen muchas condiciones médicas que pueden causar la aparición de bultos en el cuello, algunas más complejas que otras, estas son algunas de ellas:
Mononucleosis infecciosa: Es causada generalmente por el virus Epstein-Barr (EBV) y afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Los síntomas principales incluyen fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, sudores nocturnos y dolores corporales.
Nódulos tiroideos: Se trata de bultos sólidos o llenos de líquido que se desarrollan en la glándula tiroides. Con frecuencia son inofensivos, pero pueden ser un signo de cáncer o disfunción autoinmune. Los síntomas más comunes son un bulto o inflamación en el cuello, tos, voz ronca, dolor de garganta o cuello, dificultad para tragar o respirar.
Amigdalitis: Es una infección viral o bacteriana que afecta los ganglios linfáticos de las amígdalas. Los síntomas incluyen, dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y mal aliento. En algunas ocasiones pueden aparecer manchas blancas o amarillas en las amígdalas.
Cáncer de tiroides: Es el más común de los tipos de cáncer endocrinos y puede ser de múltiples subtipos. Los síntomas principales son tos, voz ronca, un bulto en la garganta, inflamación de los ganglios linfáticos y/o inflamación de la tiroides.
Cáncer de garganta: Este tipo de cáncer aparece con frecuencia en personas con antecedentes de tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, deficiencia de vitamina A, VPH e higiene dental deficiente. Incluye el cáncer de laringe, de cuerdas vocales, amígdalas y orofaringe. Puede presentarse como carcinoma de células escamosas o adenocarcinoma. Los síntomas incluyen cambios en la voz, dificultad para tragar, pérdida de peso, dolor de garganta, tos e inflamación de los ganglios linfáticos.
Los bultos en el cuello pueden aparecer en cualquier persona y en cualquier momento y por lo general no representan un signo de algo más grave. Sin embargo, como método de prevención siempre es recomendable acudir con un especialista si detectas alguna anormalidad en tu cuello.
Como en todas las enfermedades, es mejor obtener un diagnóstico y tratamiento lo antes posible, especialmente si resulta ser el indicio de una enfermedad más compleja. Si te gustó este artículo, déjanos saber en los comentarios si ¿Chequeas con regularidad cambios en la salud de tu cuello? y ¿Qué es lo primero que harías en caso de encontrar un bulto en tu cuello?