¿Cómo prepararte física y mentalmente antes de un procedimiento quirúrgico?
La tensión, ansiedad e inseguridad que provoca una intervención quirúrgica son reacciones normales ante a la entrega total de nuestra mente y cuerpo a los profesionales de la salud. En estas ocasiones, atemorizarte más de la cuenta, lo único que causará será indisponerte y generarte un malestar que puedes evitar si te preparas de la forma adecuada.
Recuerda que un cuerpo sano le pertenece a una mente sana y el propósito de este artículo es brindarte la seguridad que merece el antes, durante y después de tu próximo procedimiento quirúrgico.
¡Mente sana en cuerpo sano!
Abordemos un tema que puede ser un poco complejo de manejar, pero que haciéndolo de la forma correcta, puede convertir tu paso por el quirófano en una experiencia más llevadera. La preparación psicológica correcta para una cirugía de alta complejidad, podría decirse que es de las más importantes.
Como es de saberse, el cerebro es el órgano más poderoso que tenemos los seres humanos. Es el arquitecto de nuestra realidad y por ende, debe ser tratado de la mejor forma, sobretodo cuando se trata de manejar situaciones de alta tensión. La dirección que tomen estas situaciones es clave ya que, en la mayoría de los casos, generan respuestas emocionales ante los procesos, y al ser muy intensas tienen importantes consecuencias durante la cirugía y la recuperación.
Por esta razón, lo primero que debes tener en cuenta es que cualquier intervención tiene algo de impredecible e incierto y que el lugar que hoy ocupas, otras, muchas, personas ya lo ocuparon anteriormente y las cosas han salido bien.
“Numerosos estudios demuestran que la ansiedad preoperatoria incide en la recuperación postquirúrgica. Por todo ello es muy importante cuidar del estado emocional del paciente. El malestar mental y la sensación de que no serán capaces de controlarse antes, durante y después de la operación”.
Eve Cortapello, psicóloga de Ineco Rosario
Sabemos que pueden surgir fantasías y temores relacionadas al órgano que va a ser intervenido y te generan inseguridad, inestabilidad anímica, desánimo y ansiedad. Comprendemos que la existencia de pensamientos tristes nublan un poco tu horizonte y te ponen un poco pesimista. Ante esta situación, lo mejor que puedes hacer es distraerte con las cosas que más disfrutas hacer en tu día a día y rodearte de las personas que amas tener a tu lado. Muchas veces, los síntomas psíquicos previos a la cirugía (ansiedad, depresión, angustia, insomnio, agresividad, irritabilidad, tristeza, etcétera) se traducen en problemas serios en la relación médico-paciente; y tratar de evitar al máximo cualquier complicación puede sumar en cualquiera de las etapas del proceso.
En fin, una adaptación emocional ineficaz frente al estrés preoperatorio determina un riesgo quirúrgico adicional. Así que ánimo, si estás próximo a tu cirugía, lo mejor que puedes hacer es pensar positivo siempre.
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Interrogantes sobre el procedimiento
Ahora que ya hemos hecho un acercamiento a las emociones que pueden generar los momentos previos a un procedimiento quirúrgico, podemos hacer alusión a la preparación física y los interrogantes que se pueden generar ante este tipo de situaciones.
Para empezar, debes saber que hacer preguntas, disminuirá cualquier incertidumbre que rodee tu cabeza justo antes de entrar al quirófano; por eso, no debes cohibirte al salir de la inquietud con el profesional de la salud que te intervendrá.
Aunque algunas preguntas resultan evidentes, sabemos que no todos pensamos de la misma manera, y si eres de los que prefiere asegurarse de cualquier detalle, no temas en preguntar de antemano si el procedimiento al que te someterás es imprescindible.
Así mismo, las preguntas sobre el quirófano en el que se realizará el procedimiento, también suelen generar inquietud en algunos pacientes. Por esta razón, puedes sentir total tranquilidad de tener este tipo de dudas e incluso pedir algún acercamiento previo al lugar.
En muchos casos, la opinión de terceros sobre los procedimientos que se realizan en el lugar en el que serás el próximo usuario, son importantes a la hora de bajar la tensión del preoperatorio; si tienes dudas como ésta, no lo pienses antes de preguntar a tu médico sobre sus experiencias anteriores a la tuya, es totalmente normal.
Averigua si necesitas hacerte pruebas con anticipación, o si tienes que hacerle algún cambio a tu régimen de medicinas. Asegúrate de estar comiendo bien y durmiendo lo suficiente.
¡La anestesia! Otro de los interrogantes que sabemos que han rondado la cabeza de nuestros pacientes antes de someterse a algún procedimiento quirúrgico está relacionado con las opciones de anestesia que tienen en particular según el tipo de intervención; algunas cirugías requieren de un tipo específico de anestesia, asegúrate de entender con anticipación cuáles son los riesgos y beneficios. Esta asesoría es deber de la persona que te practicará el procedimiento.
Finalmente, desde el punto de vista físico de tu preoperatorio, la recuperación es otra de las razones de inquietud en los pacientes próximos a intervenir. Para aclarar este tipo de interrogantes, debes saber que todos tenemos un organismo distinto, que reacciona de manera especial ante cualquier suceso. Lo que podemos aconsejarte, además de pedir asesoría a tu médico de confianza, es prepararte mentalmente para afrontar la recuperación sin pensar en un límite de tiempo. No tengas las expectativas poco realistas de que volverás a tu rutina normal inmediatamente; el simple hecho de pensar positivamente, te garantizará mejores resultados.