¿Qué son los nódulos tiroideos?

Los nódulos tiroideos son crecimientos anormales en la glándula tiroides, un órgano ubicado en la base del cuello que regula diversas funciones metabólicas. En la mayoría de los casos, estos nódulos son benignos y no representan un peligro para la salud. Sin embargo, es importante realizar una evaluación adecuada para descartar cualquier riesgo y determinar el mejor manejo.

¿Cuáles son las causas de los nódulos tiroideos?

Existen varias razones por las cuales pueden formarse nódulos en la tiroides, entre ellas:

  • Deficiencia de yodo: La falta de este mineral puede provocar alteraciones en la glándula tiroidea.
  • Inflamaciones tiroideas (tiroiditis): Algunas afecciones inflamatorias pueden llevar a la formación de nódulos.
  • Factores genéticos: Antecedentes familiares aumentan el riesgo de desarrollar nódulos tiroideos.
  • Alteraciones hormonales: Cambios en la regulación hormonal pueden favorecer su aparición.

¿Cómo se diagnostican?

Para determinar la naturaleza de un nódulo tiroideo, los médicos utilizan varias herramientas diagnósticas:

  • Ecografía tiroidea: Permite visualizar el tamaño, la forma y las características del nódulo.
  • Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF): Se extrae una pequeña muestra de tejido para su análisis microscópico y descartar malignidad.
  • Pruebas hormonales: Se mide la función tiroidea a través de análisis de sangre para evaluar la producción de hormonas tiroideas.

¿Cuándo un nódulo tiroideo es preocupante?

Si bien la mayoría de los nódulos son inofensivos, existen señales de alerta que requieren atención inmediata:

  • Crecimiento rápido del nódulo.
  • Dificultad para tragar o respirar.
  • Cambios en la voz, como ronquera persistente.
  • Antecedentes familiares de cáncer de tiroides.
  • Presencia de ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

Opciones de tratamiento

El tratamiento de los nódulos tiroideos depende de su tipo, tamaño y posibles efectos sobre la salud:

  • Observación: En nódulos pequeños y benignos, se recomienda un seguimiento periódico sin necesidad de tratamiento inmediato.
  • Medicación: En algunos casos, se pueden utilizar hormonas tiroideas para controlar el crecimiento del nódulo.
  • Cirugía: Se considera cuando el nódulo es grande, sintomático o sospechoso de malignidad.
  • Ablación por radiofrecuencia: Alternativa más reciente y menos invasiva que la cirugía para reducir el tamaño de nódulos benignos.

Los nódulos tiroideos son comunes y, en la mayoría de los casos, benignos. Sin embargo, es importante realizar una correcta evaluación para descartar cualquier riesgo y determinar el mejor manejo. Si tienes un nódulo tiroideo o sospechas su presencia, consúltanos para un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.

¿Qué es el hipertiroidismo?

Que es el hipertiroidismo

El hipertiroidismo, al igual que el hipotiroidismo es una afección de la glándula tiroides cuyos síntomas disminuyen notablemente la calidad de vida de quienes lo padecen y además, puede ser gravedad si no es tratada adecuadamente.

La consulta temprana, aumentará la posibilidad de acceder a un tratamiento exitoso.

El hipertiroidismo, también denominado tiroides hiperactiva, es una enfermedad que tiene lugar debido a que la glándula tiroides produce mayor cantidad de hormona tiroxina, superando los valores normales.

A diferencia del hipertiroidismo, el hipotiroidismo, se hace presente cuando la producción de hormona tiroidea es insuficiente.

La glándula tiroides que es de tamaño pequeño, tiene forma de mariposa y está ubicada en la zona frontal del cuello, por debajo del cartílago cricoides; dicha glándula es la encargada de producir dos hormonas: la Triyodotironina y la Tiroxina.

La hormona Tiroxina, también llamada T4, es de gran importancia para la adecuada maduración y funcionamiento de los tejidos y además, interviene en el proceso de regulación de la temperatura, el peso, la tensión intramuscular y las emociones humanas.

El hipertiroidismo puede acelerar el metabolismo hasta un 60%, causando taquicardia, cansancio y descenso de peso, entre otros trastornos.

 

¿Cuáles son los síntomas del hipertiroidismo?

Los síntomas del hipertiroidismo son amplios y pueden asociarse con otras patologías, lo cual posiblemente dificulte el diagnostico. Por ello, es fundamental transmitirle los cambios experimentados al profesional consultado para contribuir, con mayor rapidez, a la obtención de un diagnóstico certero.

Los siguientes síntomas pueden ser presentados por quienes padecen de hipertiroidismo:

  • Agrandamiento de la glándula tiroidea: puede causar hinchazón en la base del cuello, dificultad para tragar, sensación de ahogo, ronquidos y tos.
  • Descenso de peso sin causa aparente
  • Mayor apetito
  • Estado de ánimo cambiante
  • Cansancio
  • Dificultad para conciliar el sueño
  • Disminución de la fuerza muscular
  • Taquicardia, arritmia y palpitaciones
  • Leves temblores en las manos y en las piernas
  • Sensación de calor, presencia de sofocos y sudoración
  • Piel frágil y delgada
  • Cabello débil y fino
  • Alteraciones menstruales: periodos irregulares o amenorrea
  • Deposiciones más frecuentes o diarrea
  • Aumento de la presión arterial
  • Si padece enfermedad de Grave, puede presentar bolsas alrededor de los ojos o parpados inflamados

De reunir algunos de los signos arriba mencionados, es importante que realice una consulta profesional. Este tipo de patología es tratada por el medico endocrinólogo aunque en algunos casos , es el cirujano de cabeza y cuello quien lleva a cabo los tratamientos para el hipertiroidismo.

¿Cuál es la causa del hipertiroidismo?

En la mayoría de los casos, el hipertiroidismo se debe a la presencia de la Enfermedad de Graves: un anormal funcionamiento del sistema autoinmune

¿Quiénes presentan más riesgos de sufrir de hipertiroidismo?

Si bien nadie está exento de padecer hipertiroidismo, quienes presentan ciertas características tienen más riesgo de sufrir esta enfermedad:

  • Tener más de 60 años de edad
  • Ser de sexo femenino
  • Haber padecido alguna disfunción de la glándula tiroides
  • Presentar anemia por falta de vitamina B12
  • Haber dado a luz en los últimos 6 meses
  • Presentar Enfermedad de Addison
  • Haber sido operado de tiroides
  • Ingerir dosis elevadas de yodo, ya sea mediante fármacos o en las comidas.
  • Presentar diabetes mellitus tipo 1

¿Por qué es necesario tratar el hipertiroidismo?

El hipertiroidismo, a largo plazo, puede causar problemas de salud graves. Es por ello, que es indispensable obtener un diagnóstico y realizar un tratamiento oportuno que generalmente llevara a resultados muy satisfactorios.

Asimismo, si padece hipertiroidismo, no solo necesitará seguir un tratamiento, sino que también será necesario llevar una dieta baja en yodo, reduciendo o eliminando el consumo de ciertos alimentos y prestando especial atención a los componentes de los medicamentos o suplementos que tome.

En caso de que el hipertiroidismo no sea tratado, pueden llegar a desencadenar problemas de gravedad, tales como:

  • Insuficiencia cardiaca: el corazón presenta dificultad para bombear la sangre, no pudiendo cubrir las necesidades del organismo
  • Enfermedad cardiovascular: causantes de diferentes tipos de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos.
  • Coágulos sanguíneos: impide el flujo normal de la sangre y puede ser causante de embolia pulmonar, accidente cardiovascular, trombosis venosa profunda, problemas durante la gestación, ataque cardiaco, enfermedades renales, etc.
  • Accidente cardiovascular
  • Enfermedad ocular de Graves
  • Baja densidad ósea u osteoporosis
  • Dificultad para lograr el embarazo
  • Abortos espontáneos
  • Problemas de salud durante la gestación, que pueden repercutir tanto en el bienestar de la madre como del bebe

 

¿Qué tratamientos se emplean para tratar el hipertiroidismo?

Generalmente, el hipertiroidismo es tratado mediante medicamentos beta bloqueadores y fármacos anti tiroideos, el consumo de yodo radiactivo y cirugía.

Teniendo en cuenta las características individuales como la edad del paciente, la causa de la afección, la severidad de la enfermedad, el estado de salud general y las preferencias individuales, el profesional indicará el mejor tratamiento disponible.

  • Tratamientos beta bloqueadores: estos fármacos no interfieren en los niveles de hormonas tiroideas pero reducen síntomas del hipertiroidismo tales como la taquicardia y el temblor, mejorando la calidad de vida del paciente mientras se combina el tratamiento con otras medicaciones para reducir la producción hormonal.
  • Fármacos anti tiroideos: es el tratamiento más empleado y puede ser utilizado tanto a corto, como a largo plazo. Su función consiste en reducir gradualmente la producción de la hormona tiroides para controlar el hipertiroidismo.

Actualmente existen dos tipos de fármacos anti tiroideos: el Propiltiouracilo y  el Metimazol. Este ultimo brinda mayor eficacia y produce menos efectos secundarios, por lo que suele ser elegido como primera opción; cuando existen contraindicaciones para llevar se suele optar por el Propiltiouracilo.

  • Yodo radiactivo: este tratamiento oral es muy efectivo y logra combatir las células tiroideas, reduciendo la producción de hormona tiroidea; sin embargo, con el tiempo se suele eliminar la producción hormonal causando hipotiroidismo.

Asimismo, el hipotiroidismo no representa mayor gravedad y su tratamiento es más sencillo.

  • Tiroidectomia total o subtotal: si bien no son prácticas realizadas frecuentemente como parte del tratamiento del hipertiroidismo, en algunos casos la mejor alternativa es extirpar una parte o la totalidad de la glándula tiroides.

Asimismo, luego de la extirpación, el paciente dejará de producir hormonas tiroides, por lo que deberá tomar fármacos que contengan hormonas tiroides sintéticas para llevar una vida normal.

Es importante recalcar la importancia de realizar una consulta lo antes posible con un profesional especializado en hipertiroidismo; quien podrá detectar anomalías y brindar un diagnóstico y un tratamiento adecuado para dicha afección.

Cuidado de heridas por cirugía de tiroidectomía

cuidado de tiroidectomía

Luego de que un paciente es sometido a una tiroidectomía y llega el ansiado retorno a su casa, debe de seguir unas ciertas pautas básicas para el cuidado de sí mismo mientras comienza el postoperatorio.

El cuidado de las heridas por cirugía de tiroidectomía ha de ser un proceso tan importante como la operación en sí. No obstante, es fundamental aclarar que, gracias al avance constante de la ciencia y la tecnología, esta técnica quirúrgica ha logrado evolucionar de forma exponencial en la última década.

 

¿Qué es la glándula tiroides y cual es su principal función?

Antes de abordar de lleno los cuidados de las heridas de una tiroidectomía, veamos que son estás glándulas y cual es su rol en nuestro organismo. Las tiroides es un órgano que forma parte del sistema endocrino y esta ubicado en la parte anterior del cuello. La función que tienen estas glándulas, es la de segregar hormonas que están absolutamente vinculadas con el metabolismo. De esta forma, es una de las encargadas de regular a muchas de las funciones de relevancia como:

  • La frecuencia cardíaca
  • El peso corporal
  • El ciclo menstrual
  • La respiración
  • Los niveles de colesterol
  • La temperatura corporal

Tanto es la implicancia que tiene las glándulas tiroides en el organismo, que, tras una tiroidectomía, requerirá de una hormona tiroidea de forma permanente.

 

¿Qué es la tiroidectomía?

La tiroidectomía es el nombre técnico que recibe la extirpación quirúrgica de una parte o bien la totalidad de las glándulas tiroides. Estas intervenciones, suelen realizarse para tratar las patologías de tiroides tales como el cáncer, tiroides hiperactiva y el agrandamiento no cancerígeno de las tiroides.

Dentro de la tiroidectomía se podrán realizar dos tipos de procedimientos: Tiroidectomía parcial o total.

Tiroidectomía parcial: Esto se produce cuando la cirugía requiere solamente de la extracción de una parte de la glándula. En estos casos, es factible que luego de la intervención, las tiroides continúen con su funcionamiento normalmente.

Tiroidectomía total: Estas son las prácticas en dónde inevitablemente es necesario la extirpación de toda la glándula de tiroides. Cuando esto sucede, el paciente necesitará de un tratamiento con hormonas tiroideas para suplantar la función natural de las glándulas.

 

¿Quiénes son los profesionales encargados de realizar las tiroidectomías?

La cirugía de tiroides es empleada para tratar, entre otras causas, el cáncer de tiroides. Estos procedimientos deben comprender una práctica que ha de ser integral y multidisciplinar, en donde el otorrinolaringólogo y el cirujano de cabeza y cuello, realicen la exploración prequirúrgica en conjunto al diagnóstico.  

Los especialistas en estos menesteres médicos como los son el otorrinolaringólogo y el cirujano de cabeza y cuello, son los profesionales más capacitados en el reconocimiento de la zona anatómica que deberá ser tratada.

Por lo tanto, el rol de estos profesionales juegan un papel de preponderancia cuando de patologías tiroideas, como el cáncer de tiroides, se tratan.

¿Cómo cuidar las heridas luego de una tiroidectomía?

El cuidado de las heridas luego de haber padecido una cirugía de tiroides, es tan importante como la incisión en sí misma.

  • En los casos en donde se ha cubierto la herida con cinta o pegamento para piel, el aseo será recomendable una vez que hayan pasado 24 horas de recibido el alta. Es importante que el paciente seque bien el área con un paño y unos leves toques. La cinta que cubre la herida, se caerá sola luego de algunos días
  • En los casos en donde el paciente haya recibido puntos de suturas, deberá asesorarse con el cirujano cuando es conveniente tomar el primer aseo
  • Podría suceder que se le haya colocado al paciente una pera para el drenaje, en estos casos, es importante que se vacíe durante 2 veces al día. El cirujano será el encargado de informarle al paciente cuando podrá quitarse este drenaje.

 

¿Cómo debe ser el cuidado en la alimentación?

No bien el paciente haya recibido el alta, es muy importante que continúe con el mismo ritmo alimenticio que estaba llevando en el hospital. No hay que soslayar sobre la importancia de las tres ingestas mínimas al día, ya que el cuerpo necesitará mantener una correcta hidratación y alimentación.

Es muy probable que, durante las primeras ingestas, el paciente practique sensaciones de incomodidad al deglutir los alimentos. Las dolencias que podrían llegar a experimentar estarán atravesadas en la garganta y en el área del cuello.

Por supuesto que estas dolencias podrían estar relacionadas con la incisión quirúrgica en sí, sin embargo, también podrían deberse al conducto de la respiración. En los casos que las molestias sean un limitante para la correcta ingesta de alimentos, el paciente debe continuar con una dieta blanda sin abandonar una abundante hidratación.

Es normal que suceda que el paciente no encuentre ninguna dificultad al deglutir. De ser así, puede ir volviendo a la alimentación cotidiana de a poco mientras que va incorporando los alimentos habituales.

 

¿Qué precauciones debe tener el paciente con la movilidad tras una tiroidectomía?

La movilidad tras una intervención quirúrgica de tiroides, está absolutamente relacionada con la magnitud que esta conlleve. Tras una tiroidectomía, el paciente tendrá una leve rigidez en la zona del cuello o sutiles dolores de garganta.

Durante la primera semana del postoperatorio, el paciente cimentará lo que podría devenir en la recuperación absoluta. Sin embargo, el paciente no se debe dejar vencer por las ganas de retomar su vida habitual, ya que es normal que luego de 5 días de reposo, se sienta que está completamente “curado”. No obstante, el cumplimiento de manera rigurosa del reposo total que haya sido recomendado por el especialista, será lo que determinará el éxito del postoperatorio.

Otro de los puntos de relevancia que deberá tener el paciente es el evitar realizar todo tipo de esfuerzos hogareños, como tampoco realizar actividades físicas e incluso debe evitarse la conducción de vehículos.

Mientras que actividades leves como caminar, lo podrá realizar desde el minuto uno en el que haya sido dado de alta.

El reposo tras la cirugía está estipulado por unas tres semanas, y es muy importante para la correcta recuperación que se cumpla de manera estricta.

Finalmente, una vez transcurrido el reposo del postoperatorio, el paciente necesitará de una serie de controles de medición de los niveles de la hormona tiroidea. En estas sesiones se evaluarán las dosis necesarias de la hormona de sustitución según cada particularidad, para los casos que hayan sido prescriptas.

¿Qué es el Yodo Radioactivo o I-131?

Qué es el Yodo Radioactivo o I-131

Actualmente existe una gran variedad de tratamientos contra el cáncer, por lo que es muy importante conocerlos y estudiar cuáles son las mejores opciones para cada paciente. Uno de los procedimientos recomendados entre los pacientes conncer de tiroides es el yodo radioactivo o I-131, una gran opción para reducir o eliminar las células cancerosas que se encuentran posterior a un procedimiento quirúrgico.

Este tratamiento también se usa para algunas enfermedades benignas, como por ejemplo el hipertiroidismo asociado a la enfermedad de Graves.

El yodo radioactivo tiene sus ventajas y desventajas. Por ello es muy importante conocer qué es, qué precauciones debes tener y cómo debes prepararte antes de someterte al tratamiento. Acá te dejamos todo lo que necesitas saber del tratamiento con yodo radioactivo.

 

¿Qué es el yodo radioactivo?

El yodo radiactivo es un medicamento que se administra  en general una sola vez. Según el diagnostico clínico  varía la cantidad de dosis a utilizará, la radiación en el yodo destruye   las células del tejido tiroideo tanto   malignas como benignas, pero sin dañar ninguna otra parte del cuerpo.

La terapia de yodo radioactivo es un tratamiento que administra el medico nuclear para patologías  benignas, en las cuales la tiroides es hiperactiva (una condición denominada hipertiroidismo) funciona más de lo esperado, generando múltiple sintomatología. También se  utiliza para tratar el cáncer de tiroides. Cuando se ingiere una pequeña dosis de yodo I-131 radiactivo (un isótopo del yodo que emite radiación), es absorbido hacia el torrente sanguíneo y concentrado por la glándula tiroides.

 

Terapia con yodo radioactivo para el cáncer de tiroides

La terapia con yodo radioactivo es un tratamiento utilizado para tratar algunos tipos de cáncer de tiroides diferenciados, tal como lo son el   papilar o folicular. Con este tratamiento es posible eliminar las células cancerosas que se encuentren en los tejidos blandos de cuello, los ganglios linfáticos o hasta las metástasis a distancia que puedan existir. Normalmente se realiza luego de haberse sometido a una cirugía para extirpar la tiroides.

La terapia con yodo radioactivo aumenta la expectativa de vida de las personas con cáncer de tiroides, los resultados de este tratamiento son mucho más visibles en pacientes con cáncer de gran tamaño. Ya que las personas con cánceres más pequeños y sin propagar, pueden ser eliminados sólo con la extirpación de la glándula a través de la cirugía.

Es muy importante preparar al paciente correctamente antes de realizar este procedimiento, para que el cuerpo esté listo para recibir el yodo de manera efectiva. Durante el tratamiento, el paciente puede emitir o excretar la radiación a través de los fluidos corporales, así que es necesario aplicar cuidados especiales en la casa.

 

¿Cómo prepararse para el procedimiento?

Es muy importante seguir varias recomendaciones antes de someterse al tratamiento con yodo radioactivo, acá te explicamos algunas:

 

Discuta su plan de tratamiento con su médico y solicite información

Es muy importante contar con toda la información sobre el procedimiento, en especial si esta información viene de las manos de un especialista. Se deben realizar exámenes para saber cuales  son los nivel de hormonas tiroideas y de TSH en la sangre.

De igual forma, se recomendará dejar cualquier tipo de medicamento  que pueda alterar estos niveles al menos unas semanas antes de realizar el tratamiento.

 

Debes llevar una alimentación baja en yodo

Al menos dos o tres semanas antes de realizar el tratamiento con yodo radioactivo es muy importante que lleves una dieta baja en yodo, esto ayudará a que la terapia radioactiva sea mucho más eficaz. Tener demasiado yodo en su organismo provocará que la tiroides no absorba el tratamiento como debería.

Por ello debes eliminar varios alimentos de tu consumo, como la sal yodada, productos lácteos, huevos, mariscos, algas marinas, soya o productos que la contengan, así como alimentos que lleven colorante rojo.

 

Cuidados después del procedimiento

Al ser un tratamiento en el que el cuerpo se ve expuesto a la radiación, hay varios cuidados y precauciones que se deben tener para proteger la salud del paciente y de las personas que lo rodean.

 

Consulte al médico

En caso de presentar alguna reacción desfavorable, como náuseas o dolor de estómago, no dude en consultar a su médico o enfermero. No se automedique bajo ninguna circunstancia.

Después del procedimiento se le realizara una gammagrafía para verificar que la terapia haya sido exitosa. Posteriormente, su médico le ordenará realizarse estudios sanguíneos para verificar sus niveles de las hormonas tiroideas en la sangre.

 

Alivia la resequedad

Luego del tratamiento con yodo radioactivo el paciente sufrirá resequedad en la boca y los ojos, por lo que se recomienda aumentar la ingesta de líquidos y usar algunas alternativas como caramelos solubles  y ácidos para evitar la sequedad bucal.

Si usas lentes de contacto, es probable que tu médico te recomiende dejar de usarlos durante un corto periodo de tiempo. También es una buena opción el uso de lágrimas artificiales.

 

Cuidados para la convivencia con otras personas

Luego de este tipo de tratamientos, el cuerpo estará emitiendo radiación durante un tiempo, la duración de ella en su organismo dependerá de la cantidad que le haya sido suministrada. Para evitar que otras personas se vean afectadas por la radiación, es necesario tomar algunas precauciones como:

  • No preparar alimentos para otras personas ni compartir los utensilios.
  • Limitar el tiempo en lugares públicos.
  • Ya que el yodo radioactivo se expulsa por la orina, heces y otros fluidos corporales. Es muy importante que al usar el baño descargues el agua del inodoro dos o tres veces. Y si es posible, utilizar un baño diferente a los demás miembros de la familia.
  • No viajar en avión, puedes activar los detectores de radiación en el aeropuerto.
  • Evita usar el transporte público.
  • No debes regresar al trabajo.
  • Si tiene pareja, debe dormir en una habitación separada por algunos días.

Es importante que ante todo consultes con tu especialista el tiempo que debes tener estas precauciones, para cada persona es diferente según la dosis que le haya sido administrada.

 

Evita el contacto con mujeres embarazadas y niños

Si normalmente tienes contacto con mujeres embarazadas y niños, es muy importante que te mantengas a una distancia de al menos un metro durante varias semanas después del tratamiento. Estos son los grupos más vulnerables ante este tipo de tratamientos.

No planifique un embarazo en los 6 meses posteriores si usted o su pareja se sometieron a la terapia, consulte con su médico si están interesados en tener hijos para saber cuál es el momento adecuado.

 

Riesgos

En cierta población de pacientes, el tratamiento con yodo radiactivo también reduce el lagrimeo, causando sequedad en los ojos. En caso de usar lentes de contacto, se recomienda preguntarle al médico por cuánto tiempo no se deben usar.

Los hombres que reciben dosis  grandes de radiación, puede que presenten niveles bajos de semen o, en raras ocasiones, se vuelvan infértiles. El yodo radiactivo también llega a afectar los ovarios de una mujer, algunas mujeres pueden presentar períodos menstruales irregulares hasta por un año después del tratamiento.

Los médicos recomiendan evitar un embarazo de medio año a un año después del tratamiento. Ningún efecto dañino se ha notado en niños nacidos de padres que recibieron yodo radiactivo en el pasado.

Otro riesgo significativo es que la terapia  podría aumentar el riesgo de leucemia en el futuro.

 

Efectos secundarios

Es posible que tenga efectos secundarios después de su tratamiento. Estos serían:

  • Náuseas leves después de tomar el yodo radioactivo. Su médico deberá darle medicamentos para prevenir las náuseas antes de su tratamiento.
  • Hinchazón en las mejillas. Esto se debe a la irritación o daño a las glándulas salivales (las glándulas que fabrica la saliva) por el yodo radioactivo. Esto puede suceder incluso la mañana después de su tratamiento. La hinchazón puede continuar durante un año después de su tratamiento. Si presenta estos síntomas es importante informarle a su médico:
  • Dolor o hinchazón en las glándulas salivales.
  • Saliva con mal sabor u olor.
  • Boca seca. Esto es causado por la irritación o daño en las glándulas salivales. Para ayudar con esto, tome mucho líquido, según las indicaciones de su médico.
  • Los cambios en el gusto son causados por la irritación de las papilas gustativas. Se recomienda probar comidas con diferentes sabores para asegurarse de que obtiene la nutrición que necesita.
  • Molestias en el cuello. Esto puede suceder durante las 2 a 3 semanas después de su tratamiento, pero depende de la cantidad de tejido tiroideo aún en el cuello.

Vacunación de COVID-19 en pacientes con cáncer de cabeza y cuello

Vacunación de COVID-19 en pacientes con cáncer de cabeza y cuello

Para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello es muy importante mantenerse en chequeo constante con su médico, además de seguir con todos los tratamientos de forma efectiva y constante. Cuando comenzó la pandemia causada por el COVID-19, la preocupación se hizo presente, en especial para los pacientes que por su condición podían ser un poco más vulnerables y sufrir complicaciones en caso de un contagio.

Actualmente, luego de haber superado varios picos de la pandemia, ha llegado una nueva opción para combatir al virus y ante todo, proteger a las personas evitando que sean contagiados. La vacunación contra el COVID-19 está dando inicio en varios países y muchos los pacientes con cáncer se encuentran entre los grupos prioritarios para recibir la vacuna.

A continuación te ayudaremos a aclarar todas tus dudas sobre la vacuna contra el COVID-19: cómo será el proceso de vacunación, qué beneficios y riesgos se pueden presentar en pacientes con cáncer de cabeza y cuello.

 

Vacuna contra el COVID-19 en pacientes con cáncer de cabeza y cuello

Hay diferentes tipos de cáncer de cabeza y cuello, según la ubicación donde se encuentra localizado o el lugar en el que se detectaron las primeras células cancerosas. Para cada uno de los pacientes es muy importante mantener el chequeo constante de su salud, seguir el tratamiento y mantener un estilo de vida saludable con varios cuidados.

Luego de que iniciara la pandemia, aumentar dichos cuidados se convirtió en una necesidad. A veces algunos tratamientos debilitan el sistema inmunológico del paciente, haciendo que sea ubicado en el grupo de alto riesgo al contraer el virus del COVID-19.

Con el lanzamiento y aprobación de dos vacunas, es importante empezar a considerar a los pacientes con cáncer para que esta sea aplicada. De igual forma, es necesario informarse y prepararse para poder realizar el proceso de vacunación.

 

¿Cuáles vacunas están disponibles?

A continuación te contamos cuáles son las vacunas contra el COVID-19, aprobadas y disponibles para ser aplicadas:

  • Vacuna de Pfizer-BionTech: La vacuna Pfizer-BionTech fue elaborada bajo la tecnología de ARN Mensajero o ARNm, que suministra una parte del código genético del virus para que el cuerpo aprenda a producir esta proteína y se cree una respuesta inmune. No contiene virus activo, pero le da al organismo las instrucciones para inmunizarse. Está autorizada para ser aplicada a personas mayores de 16 años, se administra en dos dosis. Luego de aplicar la primera dosis, se debe dejar pasar un lapso de tres semanas (de 21 a 28 días) para la segunda. Tiene una eficacia comprobada del 95%.
  • Vacuna de Moderna: La vacuna de Moderna, al igual que la vacuna de Pfizer está elaborada con ARN Mensajero o ARNm. Se autorizó para ser aplicada a personas mayores de 18 años. Debe ser administrada en dos dosis, con un intérvalo de 28 días (que de ser necesario, pueden ser ampliarse a 42 días) entre cada una. Se ha comprobado que la vacuna tiene una eficacia del 94% después de los 14 días de haber sido administrada la primera dosis.
  • Vacuna de Oxford AztraZeneca: Elaborada por la universidad de Oxford, la vacuna AztraZeneca está desarrollada bajo la plataforma de un vector viral, que es básicamente un virus diferente al SARS-CoV-2, que es menos dañino y ha sido modificado con proteínas del COVIS-19 para generar una respuesta inmunitaria. Se recomienda su uso en personas mayores de 18 años. Esta vacuna debe ser administrada en dos dosis, separadas por un intervalo de mínimo 28 días (4 semanas) y máximo de 82 días (12 semanas). Tiene una eficacia comprobada en el 63% de los casos, que aumenta en un 90% luego de la segunda dosis.
  • Vacuna de Sinovac, Coronavac: La vacuna Coronavac es elaborada por el laboratorio chino Sinovac, está desarrollada bajo la plataforma de virus inactivado (introduce el anticuerpo SARS-CoV-2 neutralizado). Ha demostrado ser segura y efectiva. Puede ser administrada a personas mayores de 18 años, se debe aplicar en dos dosis con un intérvalo de entre 14 (2 semanas) y 28 días (4 semanas). Asegura un 50% de efectividad en prevención del covid-19 y evita en un 100% los casos graves. Ha demostrado tener buenos resultados en adultos mayores.
  • Vacuna Janssen: La vacuna de Janssen y Jhonson & Jhonson. al igual que la vacuna AstraZeneca está desarrollada bajo la plataforma de vector viral. Puede ser administrada a mayores de 18 años, en una sola dosis. Cuenta con una efectividad entre 66% y 72% luego de 28 días de haber sido suministrada la vacuna.

 

¿Son seguras las vacunas contra el COVID-19 para los pacientes con cáncer?

Las personas que padecen cáncer o ya han tenido antecedentes con esta enfermedad, pueden recibir algunas vacunas. Claramente depende de varios factores, como el tipo de cáncer que padece, en qué etapa está y si se encuentra recibiendo algún tipo de tratamiento oncológico. Con estos datos se podrá conocer cómo se encuentra el sistema inmunológico del paciente y qué tan preparado se encuentra su organismo para recibir la vacuna.

Los datos que se han ido recolectando, respaldan la importancia de que pacientes con cáncer, en particular los que padecen de neoplasias malignas hematológicas, deben ser considerados entre los grupos de alto riesgo para la vacunación prioritaria contra el virus del COVID-19.

Pero más allá de todo esto, es importante consultar con tu médico antes de tomar la decisión de aplicarse cualquier tipo de vacuna. Si padeces cáncer de cabeza y cuello, debes acudir con tu especialista para aclarar dudas y confirmar su efectividad en relación a tu tratamiento.

 

¿Deben vacunarse las personas sobrevivientes al cáncer?

Vacunarse es una acción por la cual las personas evitamos contraer enfermedades, en el caso del COVID-19 se sigue estudiando qué tan beneficioso resulta vacunarse. Hay poblaciones que destacan como prioridad o de alto riesgo para administrar la vacuna, lo cierto es que, por ahora, las personas sobrevivientes del cáncer no se encuentran en los grupos prioritarios.

Sin embargo, según la opinión de algunos expertos, es importante que de ser posible, se vacune como prioridad a esta población. En Estados Unidos las vacunas que se reparten no contienen el virus vivo, por lo que, no hay un riesgo significativo para las personas con cáncer o historial de él.

Vacunarse tiene mayores beneficios que riesgos, aunque  algunos presentan a la vacuna, hasta ahora no se han reportado complicaciones mayores, por lo que sí debería incluirse a esta población para que les sea aplicada la vacuna.

 

¿Cuáles son los efectos secundarios a la vacuna contra el COVID-19?

La vacuna contra el SARS-CoV-2 ya se ha esparcido por casi todo el mundo para su aplicación. Y como toda vacuna, tiene sus efectos secundarios, pero más allá de su composición es debido al organismo de cada individuo, a cierta población le genera una reacción alérgica o el efecto secundario se prolonga un poco más de lo previsto.

Los efectos secundarios que han sido registrados son: dolor en el punto de inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor en los músculos y articulaciones, escalofríos y fiebre.

Sin embargo, los testimonios sobre los efectos secundarios son prácticamente escasos y son más comunes en personas que han sido alérgicas a otras vacunas en el pasado.

 

¿Cuál es la importancia de la vacunación contra el COVID-19 en pacientes con cáncer?

Las vacunas son utilizadas para prevenir y evitar el contagio a una enfermedad, en el caso de la vacuna contra el COVID-19, considerando todas las consecuencias de ser contagiado, se convierte en un tema de gran importancia para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello. A veces algunos tratamientos contra el cáncer ocasionan que el sistema inmunológico del paciente se debilite, haciendo que su salud se vea afectada y pase a formar parte del grupo de alto riesgo en caso de resultar contagiado con COVID-19.

La vacuna aplicada en el momento correcto puede evitar complicaciones para el paciente, asegurarle que no tendrá el virus le dará una mayor estabilidad y seguridad durante la pandemia para continuar con su tratamiento.

La vacunación para salvar vidas

Vacunar significa salvar vidas, un futuro seguro y la posibilidad de volver a la normalidad que tanto extrañamos. Las vacunas contra el COVID-19 funcionan,ya fueron probadas y se demostró su eficacia, así como sus beneficios. Sólo protegiéndonos de forma colectiva lograremos superar el virus y disfrutar del día a día junto a cada uno de nuestros seres queridos.

Siempre debes elegir lo mejor para ti y los que te rodean, la vacunación contra el COVID-19 es necesaria en tu vida, para lograr la seguridad y tranquilidad que sentías antes de la pandemia. Confía en tu médico, será tu mejor aliado y conviértete en un héroe y colaborador.

 

¿Es seguro someterse a una cirugía de cáncer de cabeza y cuello durante la pandemia de COVID-19?

Un estudio parte de la COVID Surg Collaborative ofreció datos importantes sobre la seguridad del paciente al someterse a una cirugía de cabeza y cuello durante la pandemia por COVID-19. Luego de estudiar a un grupo de 1.137 pacientes operados durante la pandemia, de los cuales sólo 23 contrajeron COVID-19 dentro de los 30 días posteriores a la cirugía. Se llegó a la conclusión de que, como toda cirugía tiene sus riesgos y en este contexto es importante tomar ciertas precauciones, en especial para las personas de edad avanzada o los que requieren procedimientos más complejos.

Es necesario realizar pruebas al paciente y al personal que estará presente en la cirugía, tener presentes las medidas de control de infección y la vacunación.

 

¿Qué hacer en caso de tener que someterte a una cirugía de cáncer de cabeza y cuello?

Si tu oncólogo o médico cirujano de cabeza y cuello te sugiere que es necesario realizar la cirugía, es muy importante hacer caso a todas sus recomendaciones. Nadie conoce tu historia clínica mejor que él, así que sólo debes escuchar la opinión de tu especialista, él te dará las mejores recomendaciones según tu caso y se encargará de elegir el procedimiento adecuado.

En caso de tener que recurrir a la cirugía, tu cirujano de cabeza y cuello sabrá cuál es la mejor manera para llevar las consultas y programará la cirugía para que resulte muy exitosa. Durante la pandemia no se debe suspender ningún tratamiento sin órdenes médicas, para evitar aglomeraciones y contagios se están realizando teleconsultas. En caso de necesitar una consulta presencial, están programando las citas.

Es muy importante que te cuides antes y después de tu cirugía, si síntomas debes comunicarlo con tu médico de cabecera para tomar las mejores acciones.

 

Recomendaciones para pacientes con cáncer de cabeza y cuello

Durante la pandemia por el COVID-19 es necesario cuidarte del virus y también mantener el positivismo mientras pasas la cuarentena en el hogar. Si eres un paciente con cáncer, a continuación te dejamos algunas recomendaciones para que puedas evitar contagios y proteger tu salud.

Haz todo lo posible para evitar el contagio

Es de gran importancia que el paciente y sus familiares sigan las normas de bioseguridad y mantengan el distanciamiento social. Evita cualquier interacción con personas que sean de tu círculo directo, mantén el ambiente limpio y realiza un lavado de manos constante. Puedes usar toallas desinfectantes, alcohol, gel antibacterial y spray para mantener todo limpio.

Continúa tu tratamiento y sigue las recomendaciones de tu médico

No suspendas tu tratamiento en ningún momento, debes seguirlo tal cual lo recetó el médico. Sigue los consejos de tu oncólogo o cirujano de cabeza y cuello, si debes ir a realizarte un chequeo, debes prestar atención a sus recomendaciones y cumplir con las normas de bioseguridad.

No vayas al centro salud de no ser necesario o a menos que te lo pida tu especialista. Muchos médicos se encuentran realizando teleconsultas para evitar aglomeraciones en las clínicas y hospitales.

Evita el estrés y come de forma saludable

El estrés y la mala alimentación debilitan el sistema inmunológico, que es el encargado de proteger el organismo al ser infectado por el virus. Es importante que mantengas un buen estado de salud para evitar complicaciones en caso de ser contagiado mientras no se te ha administrado la vacuna.

¿Los tratamientos para los cánceres de cabeza y cuello causan depresión?

Los tratamientos para los cánceres de cabeza y cuello causan depresión

Sobrellevar un tratamiento contra el cáncer es una experiencia compleja, un tanto estresante y llena de incertidumbre, que pone a prueba la capacidad de superación de cualquier persona.

La mayoría de veces los tratamientos para combatir el cáncer causan diversos efectos colaterales, tanto físicos como emocionales, que impactan la vida diaria del paciente. Si bien a nivel médico se busca siempre la mejor manera de mitigar estos efectos, en ocasiones la salud mental queda un poco olvidada o en segundo plano.

 

¿Puede el cáncer de cabeza y cuello causar depresión?

Algunos estudios han encontrado que la depresión es el trastorno psiquiátrico más común en los pacientes con cáncer, con una prevalencia entre el 22 y el 29%  que puede variar según la ubicación del tumor, el estadio clínico, el dolor, la condición físico-funcional y finalmente el apoyo familiar o  social.

La depresión mayor o clínica dificulta que una persona funcione y siga los planes de tratamiento. Así mismo, las personas que han tenido depresión anteriormente tienen más probabilidades de empeorar la  depresión después del diagnóstico de cáncer.

Particularmente, los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, tienen un mayor riesgo de sufrir alteraciones emocionales debido a las complicaciones propias de la enfermedad y algunos de sus tratamientos.

Estas complicaciones pueden deteriorar habilidades como el habla, la deglución, la respiración, el gusto y el olfato, y en algunos casos, ocasionar cambios en el aspecto estético. Debido a esto, resulta muy importante para los cirujanos de cáncer de cabeza y cuello, realizar un seguimiento continuo de la evolución física y mental de los pacientes.

¿Qué es depresión y qué no?

Es normal que durante el curso de la enfermedad (diagnóstico, tratamiento y curación) los pacientes con cáncer sufran altibajos emocionales. Está bien sentir frustración, tristeza, angustia, miedo, entre otros, cuando se enfrenta un diagnóstico de este tipo y expresarlo puede ayudar a lidiar con estas emociones.

Cada persona refleja sus pensamientos y sentimientos de diferente manera, por eso no hay una forma correcta o incorrecta de sobrellevar un tratamiento de cáncer. En cualquier caso, el apoyo familiar es un recurso invaluable que puede contribuir a mantener una mayor estabilidad emocional.

Sin embargo, cuando este tipo de emociones duran más de dos semanas y comienzan a afectar la calidad de vida del paciente, poniendo en riesgo la continuidad del tratamiento e incluso su vida, es necesario buscar ayuda de un profesional.

 

¿Por qué les da depresión a los pacientes con cáncer de cabeza y cuello?

Los pacientes pueden estar en riesgo de desarrollar depresión debido a factores de riesgo tales como:  el diagnóstico de cáncer, efectos secundarios del tratamiento, desfiguración y pérdida de autoestima.

Otros factores de riesgo incluyen condiciones como la pérdida de función (habla, deglución, olfato, gusto, etc.) , mala nutrición y pérdida de peso, alteración de los patrones de la vida diaria, pérdida de la intimidad, alteración del sueño debido a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer (sequedad de boca, dolor, etc.) e hipotiroidismo (niveles bajos de hormona tiroidea).

Es importante identificar está situación en etapas tempranas, debido a que  los pacientes con cáncer de cabeza y cuello con  depresión pueden experimentar tres veces mayor riesgo de suicidio.

 

¿Cuáles son los signos y síntomas?

Los síntomas de la depresión pueden incluir: sentimientos persistentes de tristeza, vacío, irritabilidad o ansiedad. También sentimientos de desesperanza o pesimismo; sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia o vergüenza.

Generalmente, se hace evidente la pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban. Disminución de energía, fatiga, «ralentización» ( un efecto secundario de la radiación); dificultad de concentración, memoria, toma de decisiones ( un efecto secundario de la quimioterapia).

En algunos casos se pueden presentar cambios en los patrones de sueño como: pérdida de sueño, despertar temprano en la mañana, dormir demasiado; cambios de apetito y/o peso (aumento o pérdida).

En los casos más avanzados o complejos, los pacientes pueden tener pensamientos de muerte y ocasionarse autolesiones, inquietud, síntomas físicos persistentes e  intentos de suicidio

 

¿Cómo se diagnostica?

En general, tu cirujano de cáncer de cabeza y cuello, oncólogo u otro miembro de tu equipo de atención médica te hará seguimiento realizando preguntas sobre tu estado de ánimo y comportamiento.

Dependiendo de la metodología clínica de tu médico, es posible que te soliciten responder una lista de preguntas que se utilizan para detectar la depresión. En algunos casos, se te remitirá a un especialista en atención de salud conductual para una evaluación adicional.

 

¿Cuál es el tratamiento?

Es importante que los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, sus seres queridos y los proveedores de atención médica permanezcan conscientes y atentos a la posibilidad de desarrollar depresión.

Si notas alguno de los síntomas que mencionamos antes en tí o en una persona cercana, busca ayuda. Puedes empezar hablando con familiares o amigos de lo que has estado sintiendo y comentarlo con tu cirujano de cáncer.

El manejo de la depresión en las personas con cáncer puede incluir asesoramiento, medicamentos o una combinación de ambos y, a veces, otros manejos especializados. Estos tratamientos mejoran la depresión, reducen el sufrimiento y ayudan a la persona con cáncer a tener una mejor calidad de vida.

 

¿Cuándo debo llamar a mi médico?

Estos son algunos signos cruciales que pueden alertar de un estado depresivo mayor:

  • Pensamientos suicidas o no poder dejar de pensar en la muerte.
  • Comportamientos que pueden poner en riesgo la seguridad e integridad personal.
  • Falta de apetito y/o sueño, y falta de interés en sus actividades habituales durante varios dí
  • Dificultad para respirar, sudores constantes o sensación de inquietud permanente.

Si has experimentado algunos de los síntomas enumerados anteriormente la mayoría de los días durante al menos dos semanas, es posible que estés experimentando depresión. Debes llamar a tu proveedor de atención médica y pedirle ayuda.

Si no estás seguro, pero te preocupan los posibles síntomas relacionados con la depresión, pide ayuda. Muchas veces, aunque los pacientes no tengan depresión, pueden presentar angustia relacionada con el diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello; aplicar estrategias para prevenir la depresión en estas etapas puede ser de gran ayuda.

 

¿Qué hacer si tienes cáncer y depresión?

  • Habla sobre los sentimientos y miedos que tú o tus familiares tengan. Está bien sentirse triste, enojado y frustrado, pero no te desquites con las personas cercanas.
  • Es importante escucharse con atención, decidir juntos qué pueden hacer para apoyarse mutuamente y animarse, pero no obligarse, a hablar.
  • Busca ayuda a través de grupos de apoyo y asesoramiento.
  • Utiliza la atención plena, la oración, la meditación u otros tipos de apoyo espiritual.
  • Prueba ejercicios de relajación y respiración profunda varias veces al día. (Por ejemplo, cierra los ojos, respira profundamente, concéntrate en cada parte del cuerpo y relájala, comenzando con los dedos de los pies y avanzando hacia la cabeza. Cuando estés relajado, imagínate en un lugar agradable, como una playa con brisa o un prado soleado.)
  • Considera trabajar con un consejero profesional para lidiar con los cambios en tu vida.
  • Pregunta sobre tratamientos para la depresión.

¿Qué puedo hacer como familiar o cuidador?

  • Trata de incentivar amablemente al paciente a hablar sobre sus miedos y preocupaciones. No obligues al paciente a hablar antes de que esté
  • Escucha atentamente sin juzgar los sentimientos del paciente ni los tuyos. No obstante, está bien señalar y no estar de acuerdo con pensamientos contraproducentes.
  • Evita decirle a la persona frases como: «anímate» o «piensa positivamente».
  • Decidan juntos qué pueden hacer para apoyarse mutuamente.
  • No intentes razonar con la persona si el miedo, la ansiedad o la depresión son graves. Busca ayuda de alguien del equipo de atención del cáncer.
  • Involucra a la persona en actividades que disfrute.
  • Ten en cuenta que los cuidadores también pueden deprimirse. Todas estas sugerencias también pueden usarse para los cuidadores.
  • Tómate el tiempo para cuidarte. Pasa tiempo con tus amigos o haz cosas que disfrutes.
  • Considera buscar apoyo para ti mismo a través de grupos o consejería individual.

¿Se puede prevenir la depresión en pacientes con cáncer de cabeza y cuello?

Si bien no existe una estrategia o tratamiento infalible que evite que un paciente desarrolle depresión, la evidencia sugiere que proporcionar información, conocimientos y habilidades sobre el tratamiento y sus consecuencias hace que el paciente sea más activo y participativo, reduce los síntomas de ansiedad y depresión y también mejora la calidad de vida.

Las acciones de educación en salud comprenden prácticas de enseñanza y aprendizaje desarrolladas para que el paciente pueda analizar críticamente su realidad, estimulando la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones de los problemas vividos en el proceso de la enfermedad.

Como siempre la mejor herramienta será apoyarte en tu cirujano de cáncer de cabeza y cuello y en el equipo médico que lleva tu caso, sin olvidar la importancia del apoyo familiar, para encontrar la mejor forma de hacer frente a esta difícil situación. Si te pareció interesante este contenido, déjanos saber en los comentarios si ¿Has lidiado con la depresión antes y cómo lo has manejado?

¿Por qué salen ganglios en el cuello?

¿Por qué salen ganglios en el cuello?

No hay nadie mejor que nosotros mismos para notar cambios en nuestro cuerpo, por eso cuando percibimos un bulto en el cuello, una protuberancia que antes no estaba allí, la preocupación puede ser enorme.

Es común asociar los bultos en el cuello con el cáncer, sin embargo, no necesariamente tiene que tratarse de esta enfermedad. Existen muchas otras condiciones y patologías que pueden ocasionar la aparición de estas protuberancias, por eso, si te interesa conocer más del tema, en este artículo te contaremos todo lo que debes saber sobre los ganglios en el cuello.

 

¿Qué es un ganglio?

Los ganglios o ganglios linfáticos son estructuras esféricas que forman parte de nuestro sistema linfático. Están formadas por células del sistema inmune de nuestro cuerpo y tienen un papel vital en la capacidad de este para combatir infecciones.

Funcionan como filtros, atrapando virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar otras partes de tu cuerpo. Hay cientos de ganglios en nuestro cuerpo y muchos de ellos se encuentran en la región de la cabeza y cuello, siendo estos los que se inflaman con mayor frecuencia, así como también los de las axilas e ingles.

 

¿Por qué aparecen bultos en el cuello?

Normalmente, pueden aparecer dos tipos de bultos en el cuello: ganglios inflamados y masas o protuberancias (que pueden ser benignas o no). Es decir, tus ganglios siempre han estado allí, solo que se hacen visibles cuando existe una condición subyacente que los hace inflamarse.

Los ganglios se inflaman por lo general como respuesta ante alguna infección, pero también puede ser ocasionado por ciertos medicamentos, enfermedades del sistema inmunológico y cánceres como el linfoma y la leucemia. No obstante, también es posible que los ganglios se inflamen sin motivo aparente, en cualquier caso, si la inflamación empeora o no desaparece tras unas semanas es recomendable acudir con un especialista.

 

¿Dónde pueden aparecer?

Los bultos en el cuello pueden localizarse dentro o debajo de la piel, como es el caso de los quistes sebáceos, acné quístico, o lipoma. Pueden ser duros o blandos y sensibles o no sensibles.

El lugar donde se originan es fundamental para determinar de qué se trata. Debido a que el cuello es una estructura anatómica compleja, donde hay muchos músculos, tejidos y órganos, hay muchos lugares donde puede aparecer un bulto, entre estos:

  • La glándula tiroides
  • Glándulas paratiroides, que son cuatro glándulas pequeñas ubicadas detrás de la glándula tiroides
  • Músculos del cuello
  • La tráquea
  • La laringe
  • Vértebras cervicales
  • Nervios del sistema nervioso simpático y parasimpático
  • El plexo braquial, que es una serie de nervios que van a las extremidades superiores.
  • Glándulas salivales
  • Varias arterias y venas
  • Ganglios linfaticos

¿Qué síntomas pueden presentarse?

Debido a que los bultos en el cuello pueden ser causados por una gran variedad de infecciones y enfermedades, pueden presentar síntomas muy diversos. Mientras que algunas personas pueden no tener síntomas, otros tendrán condiciones propias de la enfermedad que les está causando el bulto.

En general, si la protuberancia es causada por una infección, los ganglios linfáticos se inflaman haciéndose más visibles y perceptibles al tacto. También puede haber dolor de garganta, dificultad para tragar o dolor de oído.

Por su parte, los bultos sólidos pueden bloquear las vías respiratorias, causando problemas para respirar o cambios en la voz. En ocasiones, las personas con bultos en el cuello causados por cáncer, presentan cambios en la piel alrededor del área afectada, sangre o flema en la saliva.

¿Qué causa la inflamación de ganglios?

La causa más común de inflamación de los ganglios linfáticos es una infección, particularmente una infección viral, como el resfriado común. Otras posibles causas, incluyen:

Infecciones comunes:

  • Faringitis estreptocócica
  • Sarampión
  • Infecciones de oído
  • Diente infectado (absceso)
  • Mononucleosis
  • Infecciones de la piel o heridas, como celulitis.
  • Virus de inmunodeficiencia humana (VIH): el virus que causa el SIDA

Infecciones poco frecuentes:

  • Tuberculosis
  • Ciertas infecciones de transmisión sexual, como la sífilis
  • Toxoplasmosis
  • Fiebre por arañazo de gato

Trastornos del sistema inmunológico:

  • Lupus: Es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el corazón y los pulmones.
  • Artritis reumatoide

Cánceres

  • Linfoma
  • Leucemia
  • Otros cánceres que se han propagado (hecho metástasis) a los ganglios linfáticos

¿Debo ir al médico si tengo un ganglio en el cuello?

Ya sea que se trate de un bulto o un ganglio inflamado, lo ideal es consultarlo con tu médico de confianza en cuanto sea posible. Si recientemente notaste una protuberancia en tu cuello, puedes esperar un par de semanas para ver si la inflamación cede por sí sola.

Muchas veces, procesos infecciosos leves como una infección de oído o de garganta, pueden causar la inflamación, por lo que esta debería desaparecer en un par de días. No obstante, si el bulto empieza a causar problemas para tragar, para respirar, continúa creciendo o notas cambios en la voz, es fundamental que acudas a un especialista lo antes posible.

¿Qué esperar durante la consulta?

Para diagnosticar el origen del bulto en tu cuello, tu médico general empezará evaluando tus síntomas, historial y resultados del examen físico. Si en esta primera etapa, se encuentra alguna infección o enfermedad común, podrían recetarse antibióticos y seguimiento, de lo contrario, podrías ser remitido a un especialista como un otorrinolaringólogo, endocrinólogo o un cirujano de cáncer de cabeza y cuello, para que se pueda realizar una evaluación más detallada.

Algunas de las pruebas más comunes que podría sugerir tu especialista son las radiografías de senos nasales, radiografías de tórax, ecografía de cuello, biopsia por aspiración con aguja fina, resonancia nuclear magnética y/o tomografía axial computarizada de la cara o el cuello.

¿Y si tengo cáncer?

Una vez tu especialista realice todas las pruebas necesarias, si se confirma el diagnóstico de cáncer, el plan de tratamiento dependerá de factores como tu edad, salud general, tipo de cáncer entre otros.

Las opciones de tratamiento para los cánceres de cabeza y cuello incluyen cirugía, radioterapia, yodoterapia (para los cánceres de tiroides) y quimioterapia. La detección temprana de la enfermedad es un elemento clave para el éxito del tratamiento.

¿Es recomendable extirpar los ganglios?

Durante la cirugía de cáncer de cabeza y cuello, es posible que se extirpen algunos ganglios linfáticos. Al tratarse de una parte de un complejo sistema de “filtrado” del cuerpo, es posible que el drenado del líquido linfático del área afectada se vea comprometido.

En general,esto puede causar una condición denominada linfedema, pero que en el area de cabeza y cuello no tiene mayores complicaciones. No obstante, se trata de una condición tratable, que no afectará tu sistema inmunológico y tampoco debería causar grandes complicaciones a tu salud general.

5 enfermedades que causan bultos en el cuello

Existen muchas condiciones médicas que pueden causar la aparición de bultos en el cuello, algunas más complejas que otras, estas son algunas de ellas:

Mononucleosis infecciosa: Es causada generalmente por el virus Epstein-Barr (EBV) y afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Los síntomas principales incluyen fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, sudores nocturnos y dolores corporales.

Nódulos tiroideos: Se trata de bultos sólidos o llenos de líquido que se desarrollan en la glándula tiroides. Con frecuencia son inofensivos, pero pueden ser un signo de cáncer o disfunción autoinmune. Los síntomas más comunes son un bulto o inflamación en el cuello, tos, voz ronca, dolor de garganta o cuello, dificultad para tragar o respirar.

Amigdalitis: Es una infección viral o bacteriana que afecta los ganglios linfáticos de las amígdalas. Los síntomas incluyen, dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y mal aliento. En algunas ocasiones pueden aparecer manchas blancas o amarillas en las amígdalas.

ncer de tiroides: Es el más común de los tipos de cáncer endocrinos y puede ser de múltiples subtipos. Los síntomas principales son tos, voz ronca, un bulto en la garganta, inflamación de los ganglios linfáticos y/o inflamación de la tiroides.

Cáncer de garganta: Este tipo de cáncer aparece con frecuencia en personas con antecedentes de tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, deficiencia de vitamina A, VPH e higiene dental deficiente. Incluye el cáncer de laringe, de cuerdas vocales, amígdalas y orofaringe. Puede presentarse como carcinoma de células escamosas o adenocarcinoma. Los síntomas incluyen cambios en la voz, dificultad para tragar,  pérdida de peso, dolor de garganta, tos e inflamación de los ganglios linfáticos.

Los bultos en el cuello pueden aparecer en cualquier persona y en cualquier momento y por lo general no representan un signo de algo más grave. Sin embargo, como método de prevención siempre es recomendable acudir con un especialista si detectas alguna anormalidad en tu cuello.

Como en todas las enfermedades, es mejor obtener un diagnóstico y tratamiento lo antes posible, especialmente si resulta ser el indicio de una enfermedad más compleja. Si te gustó este artículo, déjanos saber en los comentarios si ¿Chequeas con regularidad cambios en la salud de tu cuello? y ¿Qué es lo primero que harías en caso de encontrar un bulto en tu cuello?

Las nuevas tecnologías que combaten los cánceres en cabeza y cuello

La nueva tecnología: Cirugía Robótica - Cáncer en Cabeza y Cuello

Los tratamientos para combatir los cánceres de cabeza y cuello han sufrido grandes cambios en los últimos años gracias a los avances de la nueva tecnología y nuevos métodos para tratar el sexto tipo más común de cáncer en el mundo.

Los tratamientos tradicionales para tratar tumores en la boca, garganta, laringe, senos nasales, ganglios linfáticos, glándulas salivales y glándula tiroides, si bien logran su cometido, acarrean con frecuencia efectos secundarios un tanto preocupantes.

Por esto, algunos investigadores se han enfocado en encontrar alternativas, utilizando nueva tecnología y métodos modernos que permitan minimizar los efectos secundarios y preservar la calidad de vida de los pacientes.

¿Qué nuevas tecnologías se utiliza en el tratamiento de cánceres de cabeza y cuello?

En décadas pasadas, las opciones para tratar estos tipos de cáncer eran mucho más limitadas y se basaban únicamente en el uso de tres métodos: radioterapia, quimioterapia y cirugía abierta.

En la actualidad, gracias a los avances de la nueva tecnología, para las afecciones benignas (no cancerosas) y los cánceres en etapa temprana, los médicos también pueden usar una cirugía transoral (a través de la boca) y transnasal mínimamente invasiva que no requiere incisiones. Las opciones pueden incluir cirugía endoscópica, microcirugía láser o asistida por robot con Da Vinci.

Cirugía endoscópica de cabeza y cuello

La resección transoral endoscópica implica la extirpación de un tumor laríngeo, faríngeo, o nasofaringeo por medio  de un endoscopio, un tubo delgado e iluminado con una lente en el extremo que se adjunta a una cámara de video o un microscopio quirúrgico para mostrar mejor la anatomía del área. Puede ser el único tratamiento necesario para el cáncer de laringe o faringe incipiente.

Durante este procedimiento, el médico inserta el endoscopio por la boca o nariz hasta la faringe o la laringe. Coloca un pequeño instrumento quirúrgico en el endoscopio o puede usar un rayo láser para extirpar el tumor.

Microcirugía transoral con láser

La microcirugía transoral con láser también usa un endoscopio y visualiza imágenes ampliadas en una pantalla, pero el cirujano usa un micro láser en lugar de un bisturí para realizar la cirugía.

Este tipo de procedimiento es muy útil para controlar diferentes tipos de lesiones benignas y malignas de la laringe, favorece la preservación del órgano y disminuye las alteraciones funcionales que puede generar una círugia.

 

Cirugía asistida por robot

La opción quirúrgica más nueva para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello es la resección asistida utilizando el robot Da Vinci. Este método está siendo utilizado en tumores de tipo orofaríngeos, hipofaríngeos y laríngeos, en etapas T1 y T2, y resección benigna de la base de la lengua.

La cirugía transoral asistida por robot tampoco requiere incisiones y proporciona una visualización y retracción mejoradas con respecto a los sistemas anteriores. Equipos robóticos como el Da Vinci, disponen de instrumentos de múltiples articulaciones para mejorar la destreza en espacios quirúrgicos reducidos, esta nuevo método es ideal para acceder a los tumores a través de la boca.

¿Cirugía robótica para tratar cáncer?

Desde hace casi 20 años, se aprobó en Estados Unidos el uso del robot Da Vinci para llevar a cabo procedimientos quirúrgicos generales. No obstante, al tratarse de un instrumento de vanguardia y con un costo significativo, su inclusión en los planes de tratamiento quirúrgico tradicional ha sido lento, en especial en Latinoamérica.

La cirugía robótica ofrece múltiples beneficios a la salud de los pacientes ya que permite realizar procedimientos de alta precisión, con menor sangrado y dolor, y dejando cicatrices más pequeñas. Incluso, permite que algunos procedimientos que antes se manejaban como cirugías mayores, se conviertan en tratamientos ambulatorios generando un menor tiempo de hospitalización.

En el campo de la cirugía oncológica, hasta hace poco fue aprobado el uso de estas herramientas en la resección de tumores por lo que se trata de una aproximación nueva al tratamiento de diferentes tipos de cánceres.

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Nuevas tecnologías ¿Qué es el robot Da Vinci?

El robot Da Vinci es un dispositivo robótico que cuenta con cuatro brazos articulados que son controlados por el cirujano desde un panel de control, ubicado generalmente dentro de la misma sala de operaciones.

Estos brazos, reproducen con precisión milimétrica los movimientos de la mano y muñeca del cirujano, lo cual facilita su accionar y permite la realización de intervenciones mínimamente invasivas.

Asimismo, existen diferentes instrumentos para potenciar las capacidades de estas articulaciones robóticas, que permiten al cirujano tener mayor acceso al área y una visión clara y de alta definición que en procedimientos regulares es difícil de igualar.

¿Cómo funciona el sistema quirúrgico Da Vinci?

Los sistemas quirúrgicos Da Vinci se componen de tres elementos: una consola para el cirujano, un carro del lado del paciente y carro de visión.

Consola del cirujano: la consola del cirujano es el lugar donde se sienta el cirujano durante el procedimiento, tiene una vista 3D de primer plano de la anatomía y controla los instrumentos. Los instrumentos tienen «muñequeras» y se mueven como una mano humana, pero con un rango de movimiento mucho mayor.

Carro del paciente: el carro del lado del paciente se coloca cerca de la mesa de operaciones. Es donde los instrumentos utilizados durante la operación se mueven en tiempo real en respuesta a los movimientos de la mano del cirujano en la consola de control.

Carro de visión: El carro de visión hace posible la comunicación entre los componentes del sistema y es compatible con el último sistema de visión de alta definición 3D.

¿Qué ventajas ofrece la cirugía asistida por robot?

El uso de un robot permite al cirujano realizar operaciones más complejas que las que serían posibles mediante la cirugía laparoscópica convencional. Gracias a esta nueva tecnología, la cirugía robótica tiene varias ventajas:

  • Visión tridimensional versus visión bidimensional en cirugía laparoscópica convencional
  • Visión estable, ya que la cámara es mantenida y movilizada por uno de los brazos articulados del robot
  • Control de instrumentos más preciso y fino con mayor libertad de movimiento en las tres dimensiones
  • Supresión del temblor fisiológico
  • El cirujano se sienta en el eje de la consola, garantizando unas condiciones ergonómicas más favorables para el especialista

Las ventajas de la cirugía robótica en pacientes con cáncer de cabeza y cuello son: el acceso a sitios anatómicos no accesibles a la endoscopia convencional, ausencia de una incisión en el cuello, ausencia o disminución de la duración de la traqueotomía, ausencia o disminución de la duración de la sonda de alimentación nasogástrica o gástrica y disminución de la longitud de la estancia en el hospital.

¿Qué desventajas tiene la cirugía con el robot Da Vinci?

La principal desventaja de la cirugía robótica es su costo: compra del robot quirúrgico, altos costos de mantenimiento y compra de instrumentos para uso limitado. Generalmente, estos costos no son cubiertos por financiación pública y al tratarse de un tratamiento relativamente nuevo, es común que algunos seguros médicos de los pacientes no cubran la realización de estos procedimientos.

El uso del robot es bastante simple, pero requiere un período de entrenamiento y una curva de aprendizaje. La estrecha colaboración con los anestesistas es esencial, especialmente para gestionar el intercambio de la vía aérea.

Asimismo, las enfermeras de quirófano deben estar capacitadas en las especificidades de esta cirugía y deben estar preparadas para la conversión a cirugía abierta. Por su parte, los patólogos deben adaptar su práctica para examinar diferentes tipos de muestras operativas en comparación con las obtenidas mediante cirugía abierta.

La cirugía robótica y las nuevas tecnología que se han ido desarrollando en los últimos años han permitido transformar los tradicionales métodos de cirugía abierta que traían consigo cientos de complicaciones y deterioro de la calidad de vida de los pacientes.

Si bien no se trata de un método que funcione para todos los tipos de cánceres de cabeza y cuello, resulta una excelente opción a tomar en cuenta. Según los datos obtenidos hasta ahora por los investigadores, esta aproximación quirúrgica tiende a reducir el número de traqueotomías, permite una rehabilitación de deglución más rápida y una estancia hospitalaria más corta.

Probablemente en el futuro estarán disponibles robots de nueva generación más pequeños, más ergonómicos y, por tanto, más adaptados a la cabeza y al cuello. Continuar desarrollando nuevas técnicas y conjuntamente con nuevas tecnologías permitirá a los cirujanos de cáncer de cabeza y cuello ofrecer mejores alternativas a cada uno de sus pacientes.

Si eres paciente consulta con tu cirujano de cabeza y cuello las opciones disponibles para tu caso y si te gustó este artículo, no olvides dejar un comentario contándonos ¿Qué otras tecnologías para tratar el cáncer conoces?

¿Cómo cuidarme en cuarentena si tengo cáncer?

Cómo cuidarme si tengo cáncer y estoy en riesgo de padecer covid-19

La pandemia del coronavirus COVID-19 ha tenido un gran impacto en nuestra vida diaria, especialmente en lo que a hábitos de higiene y bioseguridad se refiere. Sin embargo, cuando eres un paciente con cáncer o cuidas a una persona con la enfermedad, es necesario extremar las medidas de precaución para evitar complicaciones.

La información oficial que se tiene actualmente sobre el COVID-19 es limitada y todavía se desconoce a detalle, cómo afecta a pacientes con enfermedades subyacentes. Por eso, a continuación te presentamos algunas medidas que puedes adoptar para disminuir al máximo la posibilidad de contagio y evitar riesgos innecesarios.

¿Si tengo cáncer aumentan los riesgos del COVID-19?

En sí mismo, el cáncer no representa un mayor riesgo frente al Coronavirus, no obstante, dependiendo del tipo de cáncer, tratamiento, edad del paciente y etapa de la enfermedad en la que se encuentre, si puede existir una mayor posibilidad de complicaciones.

La principal preocupación de los pacientes con cáncer, se debe a que generalmente su sistema inmunológico se encuentra suprimido debido a la medicación y esto los hace más susceptibles a cualquier infección o enfermedad, no solo al COVID-19.

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¿Qué significa estar inmunosuprimido?

Cuando los glóbulos blancos del cuerpo, que combaten las infecciones, están bajos o no funcionan bien, el cuerpo no puede combatir las infecciones de manera eficaz. Los pacientes inmunosuprimidos pueden incluir pacientes con cáncer y aquellos que reciben quimioterapia. También puede incluir pacientes con VIH, pacientes trasplantados, pacientes que están tomando  ciertos tipos de medicamentos inmunosupresores o pacientes con otras inmunodeficiencias conocidas.

¿Qué pacientes tienen mayores riesgos?

Las personas con ciertos tipos de cáncer, incluidos los linfomas, el mieloma múltiple y la mayoría de los tipos de leucemia, corren el mayor riesgo de contraer infecciones. Esto se debe a que estos cánceres provocan cambios que hacen que el sistema inmunológico no funcione tan bien como debería.

Asimismo, las personas que se han sometido recientemente a una cirugía por cáncer y las que están en tratamiento activo, o que reciben quimioterapia, radiación, yodoterapia, terapia dirigida o inmunoterapia también pueden tener un mayor riesgo.

Algunos tratamientos como los trasplantes de células madre o de médula ósea, implican administrar dosis altas de medicamentos que pueden causar un debilitamiento a largo plazo del sistema inmunológico. No obstante, la mayoría de las personas que han terminado el tratamiento (especialmente si fue hace años) probablemente ya hayan recuperado la normalidad en su sistema inmunológico.

¿Cambiará algo con mis visitas médicas durante la cuarentena?

Debido al mayor riesgo de exposición al virus COVID-19 al salir en público, la mayoría de los hospitales y clínicas han cambiado sus políticas de visitas. Algunos pueden permitir un (01) acompañante por paciente y otros pueden no permitir visitantes. Antes de dirigirte a tu cita médica, consulta con la clínica o el hospital su política de visitantes actual.

Asimismo, es posible que tu cirujano de cáncer o especialista, pueda cambiar algunas de tus citas a la modalidad de telemedicina. De esta forma, podrás tener el seguimiento de tu enfermedad, sin los riesgos de exposición que representa el salir de casa.

No obstante, en caso de que sea necesario acudir al consultorio durante la cuarentena, no dudes preguntar a tu cirujano, cuáles son los protocolos que debes seguir para el ingreso y estancia en el lugar. Recuerda que seguir estas medidas puede disminuir significativamente el riesgo de contraer el virus.

¿Qué debo hacer si tengo síntomas de coronavirus?

Si tu, o alguna de las personas que viven o tienen interacción contigo ha estado expuesto al virus y empieza a tener síntomas de COVID-19 es muy importante que te comuniques de inmediato con tu cirujano de cáncer para recibir orientación sobre los pasos a seguir en tu caso particular.

Como hemos mencionado antes, dependiendo de tu tipo de cáncer y tu estado general de salud podrías desarrollar complicaciones. Los síntomas más comunes que requieren atención médica son fiebre, tos y falta de aire. Algunas personas también pueden tener diarrea o náuseas antes de que ocurran estos otros síntomas.

Asimismo, los síntomas más graves pueden requerir la asistencia médica especializada en un hospital. En este caso, puedes coordinar con tu especialista a donde acudir y siempre informa al personal de emergencia del estado y tratamiento de tu cáncer para que puedan estar atentos y tomar medidas especiales de ser necesario.

Los signos y síntomas graves de COVID-19 incluyen:

  • Dificultad para respirar o falta de aire
  • Dolor o presión constante en el pecho.
  • Confusión o dificultad para despertar
  • Labios o cara azulados

Si alguien en el hogar se enferma con síntomas leves y el médico te sugiere permanecer en casa durante la cuarentena, debes seguir las pautas de aislamiento y cuidado oficiales. Esto incluye: mantenerse alejado cuanto sea posible de la persona con el virus y evitar compartir espacios y artículos de uso personal como platos, utensilios, toallas y ropa de cama.

Asimismo, procura que la persona use una mascarilla cuando esté cerca de otros y todas las personas en la casa deben lavarse las manos con frecuencia o usar desinfectante de manos regularmente. En general, se trata de mantener las medidas de precaución de una manera intensiva.

7 consejos para cuidarte en cuarentena si tienes cáncer

Si bien en varios países se ha iniciado la flexibilización de las cuarentenas, como paciente con cáncer de cabeza y cuello, cáncer de tiroides o cualquier otro tipo de cáncer, es muy importante que mantengas medidas de protección que te ayuden a disminuir los riesgos de contraer Coronavirus. Estos son algunos consejos que puedes seguir para evitar contagios:

  1. Mantener la distancia social: Los pacientes con cáncer tienen un mayor riesgo de presentar síntomas graves por COVID-19. Por eso es vital que tanto el paciente como la familia permanezcan en cuarentena en todo momento, a menos que el plan de tratamiento del paciente requiera una visita al consultorio. Evita reuniones familiares o cualquier interacción que implique socializar directamente con personas fuera de tu círculo directo (quienes viven contigo).
  2. Limpia, y vuelve a limpiar: La forma más común de transmisión del Coronavirus es a través del contacto con superficies contaminadas, por eso mantener una rutina de limpieza regular y profunda, puede ayudarte a evitar la enfermedad. Puedes usar toallas y sprays desinfectantes, especialmente en superficies de alto contacto como las perillas de las puertas, mesas, teclados, baños, entre otros. Todas las personas de la casa deben lavarse las manos con mucha frecuencia y llevar a cabo un proceso de desinfección si se ha salido de casa.
  3. Continúa con tu tratamiento: Es muy importante que sigas administrando tu tratamiento tal como fue prescrito. A menos de que tu médico decida cambiarlo, es fundamental ser regular con tu medicación a fin de evitar complicaciones y poder avanzar en el plan de tratamiento.
  4. No te aisles: Si bien en este momento es muy importante mantener la distancia social, esto no quiere decir que no podamos socializar. Aprovecha todas las herramientas tecnológicas disponibles, para mantener la comunicación con tus seres queridos. Recuerda que la salud mental es igual de importante que la física y sentirte bien emocionalmente, te ayudará a enfrentar de mejor manera esta circunstancia.
  5. Evita el estrés: Tu hogar debe ser tu lugar seguro y de tranquilidad, intenta que sea un espacio armonioso donde puedas disfrutar de las cosas que más te gustan. Asimismo, desconéctate de vez en cuando de los dispositivos tecnológicos, e intenta nuevas formas de relajación. Si tienes la posibilidad de salir al aire libre, también puedes hacerlo, conservando la distancia social y las medidas de protección.
  6. Aliméntate saludablemente: Es muy común escuchar a personas decir que han subido de peso durante la cuarentena. Los cambios en el estilo de vida y el estar permanentemente en casa pueden hacer que algunas personas compensen la ansiedad comiendo de más o ingiriendo alimentos poco saludables. Intenta mantener tus hábitos regulares, ingiriendo una dieta balanceada y en lo posible natural. Puedes ver esta circunstancia, como una oportunidad para mejorar tu alimentación y reducir al máximo los alimentos ultraprocesados.
  7. Ejercítate: Si bien puede resultar complejo ejercitarte en casa cuando vives en un lugar con poco espacio, haz todo lo posible por mantenerte activo. No necesitas tener equipos especializados, incluso subir y bajar escaleras o dar un paseo corto pueden estimular tu organismo, lo importante es que no dejes que el sedentarismo de estar en casa, deteriore tu condición física.

Por el momento no contamos con una vacuna o tratamiento específico frente al COVID-19, sin embargo, todas estas medidas de autoprotección pueden ayudarte a evitar la enfermedad.

No importa si eres paciente con cáncer de cabeza y cuello o de otro tipo de cáncer, o si consideras que no tienes un riesgo elevado de complicaciones, haz todo lo posible por evitar el contagio ya que esta puede ser tu mejor herramienta para mantenerte sano.

Si bien, permanecer en cuarentena y en aislamiento social puede ser difícil para muchas personas, recuerda que puedes contar con el apoyo de tu especialista, familiares o amigos para ayudarte a sobrellevar la situación. ¿Cuéntanos, qué ha sido lo más complejo de estar en cuarentena y cómo lo manejas?

¿Por qué da cáncer a pesar de llevar una vida saludable?

¿Por qué da cáncer a pesar de llevar una vida saludable?

La prevención es una de las herramientas fundamentales para luchar contra el cáncer, sin embargo, es fácil cuestionarse si realmente vale la pena esforzarse por mejorar los hábitos cuando escuchamos historias de personas que llevaban un estilo de vida saludable y, aun así, desarrollaron la enfermedad.

Si te estás preguntando si realmente es importante modificar tus hábitos alimenticios, de actividad y estilo de vida para prevenir esta enfermedad, en este artículo te contamos por qué una persona saludable  también puede  desarrollar cáncer.

¿Por qué da cáncer?

El cáncer es una enfermedad compleja que tiene muchas formas de presentarse, no obstante, el factor común es el crecimiento acelerado y descontrolado de células en el cuerpo humano.

Puede desarrollarse a cualquier edad, en cualquier grupo étnico y sin distinción de género. si bien es cierto existen factores que predisponen o aumentan el riesgo de desarrollar un carcinoma, no hay una causa única y precisa que determine quién lo padece y quién no.

Entre los tipos de cáncer más comunes están el cáncer de mama, cáncer de tiroides, cáncer gastrointestinal, cáncer de cuello uterino , cáncer de próstata y cáncer de piel.

Principales causas del cáncer

Las causas del cáncer pueden ser múltiples y en la mayoría de los casos no se puede atribuir la enfermedad a un solo factor. No obstante, es posible agrupar las principales causas en los siguientes tipos:

  • Factores biológicos o internos, como edad, sexo, defectos genéticos hereditarios y tipo de piel.
  • Exposición ambiental, por ejemplo, a radón y radiación UV, y partículas finas.
  • Factores de riesgo ocupacional, incluidos los carcinógenos, como muchos productos químicos, materiales radiactivos y asbesto.
  • Factores relacionados con el estilo de vida.

Si bien algunos de estos factores no podemos controlarlos porque son inherentes a nosotros y a nuestra genética, muchos otros podemos disminuirlos o evitarlos para mejorar nuestras probabilidades. 

Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que del 30 al 50 por ciento de todos los cánceres se pueden prevenir, mientras que el Fondo Mundial de Investigación del Cáncer, señala que el 20 por ciento de los cánceres podrían prevenirse si las personas siguieran específicamente ciertos comportamientos de estilo de vida.

¿Por qué un estilo de vida saludable no es suficiente?

Como mencionamos antes, existen diferentes factores que influyen en el desarrollo del cáncer. Aunque una persona puede disminuir su porcentaje de riesgo, nada asegura que estará siempre sana.

Esto se debe a que existen elementos de la genética y la herencia que no podemos controlar o cambiar, y en otros casos, hasta el ambiente donde vive un individuo podría ser determinante, ya que posible estar expuesto a contaminación y sustancias carcinógenas sin ser consciente de ello.

También te puede interesar: 10 hábitos que debes practicar para reducir el riesgo de padecer cáncer

Cáncer y genética

Los genes son fragmentos de ADN que dirigen el funcionamiento y comportamiento de las células  y producen las proteínas que necesitamos para funcionar. Tus genes afectan cosas como el color del cabello, el color de los ojos y la altura, pero también pueden afectar tu probabilidad de contraer ciertas enfermedades, como el cáncer.

Casi todas las células de tu cuerpo tienen todos los genes con los que naciste. Aunque todas las células tienen los mismos genes, diferentes células (o tipos de células) pueden usar diferentes genes. Por ejemplo, las células musculares usan genes diferentes que las células de la piel. Los genes que una célula no necesita están desactivados y no se utilizan, mientras que los genes que usa, son activados.

Un cambio anormal en un gen se llama mutación y pueden afectar su funcionamiento. Es decir, una mutación podría detener el funcionamiento de un gen o podría mantener un gen activado todo el tiempo (incluso cuando no sea necesario). De cualquier manera, estos cambios irregulares pueden causar problemas dentro de la célula.

Mutaciones genéticas heredadas o adquiridas

Una mutación genética heredada está presente en el óvulo o espermatozoide que formó al individuo. Cuando el esperma fertiliza el óvulo, crea una célula que luego se divide muchas veces y finalmente se convierte en un bebé.

Dado que todas las células provienen de esta primera célula, este tipo de mutación se encuentra en cada célula (incluidos los óvulos o los espermatozoides) y, por lo tanto, puede transmitirse a la próxima generación.

Por su parte, una mutación adquirida (somática) no proviene de un padre, sino que se adquiere algún tiempo después. Comienza en una célula y luego se pasa a cualquier célula nueva que se cree a partir de ésta. Este tipo de mutación no está presente en los óvulos ni en los espermatozoides, por lo que no se transmite a la próxima generación.

Las mutaciones adquiridas son mucho más comunes que las mutaciones heredadas y la mayoría de los cánceres son causados ​​por este tipo, como es el caso del cáncer de tiroides.

Causas por las que una persona saludable puede presentar cáncer

Haces ejercicio con regularidad, llevas una alimentación saludable, natural y variada, no fumas, tampoco bebes alcohol (al menos no regularmente), descansas lo suficiente y en general tienes una vida equilibrada, ¿Cómo es posible que puedas desarrollar cáncer? ¿Por qué hay personas que se  enferman y otras que no? ¿Cómo es posible que alguien que nunca ha fumado en su vida tenga cáncer de pulmón?

Antes de que renuncies a todos los buenos hábitos y dejes tu salud a la suerte, estas son algunas de las causas que podrían llevarte a padecer algunos tipos de cáncer:

  • Fumadores pasivos: Quizás nunca hayas tocado un cigarrillo por iniciativa propia, pero esto no asegura que no estés expuesto al humo del tabaco. En muchos casos, al analizar el historial de personas que no eran fumadores y desarrollaron cáncer de pulmón, es común encontrar una exposición indirecta. Ya sea porque algún amigo o miembro de la familia es fumador, o porque frecuentas lugares cerrados donde se consume tabaco, tu cuerpo estará absorbiendo estas toxinas y esto a la larga podría causarte problemas de salud.
  • Exceso de exposición solar: Tomar el sol en la playa o la piscina puede ser un plan estupendo para muchas personas, pero puede resultar muy peligroso para tu piel. El sol emite una pequeña cantidad de radiación que con el tiempo puede dañar tu piel y causarte mucho más que solo manchas, por eso siempre es imprescindible el uso de protector solar.
  • Estrés: Las presiones de la vida moderna en muchas ocasiones desatan un estado constante de estrés, lo cual puede alterar el equilibrio hormonal del cuerpo y esto a su vez, puede alterar el normal funcionamiento de los órganos y cé Si bien las investigaciones al respecto aún no son concluyentes, cuidar tu salud mental y emocional, es parte de lo que se considera un vida saludable.
  • Suplementos dietarios y píldoras milagrosas”: Con las tendencias fitness y de vida saludable que hay en la actualidad es muy común ver productos que prometen hacer maravillas por tu salud. Sin embargo, no todo lo que diga “natural” es bueno para tu cuerpo, antes de consumir cualquier suplemento alimenticio o píldora que promete maravillas, asegúrate de conocer cada uno de los componentes que estás poniendo en tu cuerpo y si es posible consúltalo con un experto. Recuerda que ningún suplemento reemplaza una alimentación completa y balanceada.
  • Exposición ambiental: Algunos tipos de cáncer son causados por la exposición a sustancias cancerígenas en el medio ambiente. Esto puede ocurrir por materiales en la construcción de los hogares y oficinas, o por la contaminación del agua y del aire, y generalmente pasa desapercibida. Si bien no tienes control directo sobre estos factores, puedes estar atento de las regulaciones gubernamentales sobre el uso de materiales potencialmente cancerígenos e intentar reducir en lo posible el contacto con dichos elementos.

¿Por qué es importante mantener hábitos saludables?

Saber que no todas las cosas dependen de nosotros puede ser decepcionante, si bien no tenemos el control de todo lo que pasa en nuestro cuerpo, tenemos que reconocer que lo que hacemos sí tiene un impacto.

Alimentarnos con una dieta variada y mayormente natural, hacer ejercicio con regularidad, evitar el sedentarismo, eliminar o reducir significativamente el consumo de alcohol y en especial de tabaco, más allá de disminuir las probabilidades de cáncer, también contribuyen a evitar otras enfermedades.

En el peor de los casos, si aun con todos estos hábitos desarrollas cáncer, tendrás una gran ventaja porque tu cuerpo estará sano y fuerte y podrá luchar de mejor manera contra la enfermedad. Aunque no lo creas, la condición física es fundamental para que tu cuerpo resista los tratamientos y se pueda regenerar con mayor rapidez, aumentando en consecuencia tus probabilidades de tener una recuperación completa.

En el caso de los cánceres de cabeza y cuello, la correlación entre los hábitos y la enfermedad es mucho más cercana. Un gran porcentaje de consultas que reciben los cirujanos de cáncer de cabeza y cuello, están vinculadas con antecedentes de tabaquismo, por lo que se trata de cánceres que quizás podrían haberse evitado.

Tu cuerpo es tu templo y solo tienes uno, cuídalo y dale las mejores herramientas para que te permita llevar una vida sana y feliz, independientemente de los retos que se te presenten en el camino.

Si te gusto este artículo, escribe en los comentarios, ¿Qué hábitos saludables has adquirido recientemente para mejorar tu estilo de vida?