¿Los tratamientos para los cánceres de cabeza y cuello causan depresión?

Los tratamientos para los cánceres de cabeza y cuello causan depresión

Sobrellevar un tratamiento contra el cáncer es una experiencia compleja, un tanto estresante y llena de incertidumbre, que pone a prueba la capacidad de superación de cualquier persona.

La mayoría de veces los tratamientos para combatir el cáncer causan diversos efectos colaterales, tanto físicos como emocionales, que impactan la vida diaria del paciente. Si bien a nivel médico se busca siempre la mejor manera de mitigar estos efectos, en ocasiones la salud mental queda un poco olvidada o en segundo plano.

 

¿Puede el cáncer de cabeza y cuello causar depresión?

Algunos estudios han encontrado que la depresión es el trastorno psiquiátrico más común en los pacientes con cáncer, con una prevalencia entre el 22 y el 29%  que puede variar según la ubicación del tumor, el estadio clínico, el dolor, la condición físico-funcional y finalmente el apoyo familiar o  social.

La depresión mayor o clínica dificulta que una persona funcione y siga los planes de tratamiento. Así mismo, las personas que han tenido depresión anteriormente tienen más probabilidades de empeorar la  depresión después del diagnóstico de cáncer.

Particularmente, los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, tienen un mayor riesgo de sufrir alteraciones emocionales debido a las complicaciones propias de la enfermedad y algunos de sus tratamientos.

Estas complicaciones pueden deteriorar habilidades como el habla, la deglución, la respiración, el gusto y el olfato, y en algunos casos, ocasionar cambios en el aspecto estético. Debido a esto, resulta muy importante para los cirujanos de cáncer de cabeza y cuello, realizar un seguimiento continuo de la evolución física y mental de los pacientes.

¿Qué es depresión y qué no?

Es normal que durante el curso de la enfermedad (diagnóstico, tratamiento y curación) los pacientes con cáncer sufran altibajos emocionales. Está bien sentir frustración, tristeza, angustia, miedo, entre otros, cuando se enfrenta un diagnóstico de este tipo y expresarlo puede ayudar a lidiar con estas emociones.

Cada persona refleja sus pensamientos y sentimientos de diferente manera, por eso no hay una forma correcta o incorrecta de sobrellevar un tratamiento de cáncer. En cualquier caso, el apoyo familiar es un recurso invaluable que puede contribuir a mantener una mayor estabilidad emocional.

Sin embargo, cuando este tipo de emociones duran más de dos semanas y comienzan a afectar la calidad de vida del paciente, poniendo en riesgo la continuidad del tratamiento e incluso su vida, es necesario buscar ayuda de un profesional.

 

¿Por qué les da depresión a los pacientes con cáncer de cabeza y cuello?

Los pacientes pueden estar en riesgo de desarrollar depresión debido a factores de riesgo tales como:  el diagnóstico de cáncer, efectos secundarios del tratamiento, desfiguración y pérdida de autoestima.

Otros factores de riesgo incluyen condiciones como la pérdida de función (habla, deglución, olfato, gusto, etc.) , mala nutrición y pérdida de peso, alteración de los patrones de la vida diaria, pérdida de la intimidad, alteración del sueño debido a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer (sequedad de boca, dolor, etc.) e hipotiroidismo (niveles bajos de hormona tiroidea).

Es importante identificar está situación en etapas tempranas, debido a que  los pacientes con cáncer de cabeza y cuello con  depresión pueden experimentar tres veces mayor riesgo de suicidio.

 

¿Cuáles son los signos y síntomas?

Los síntomas de la depresión pueden incluir: sentimientos persistentes de tristeza, vacío, irritabilidad o ansiedad. También sentimientos de desesperanza o pesimismo; sentimientos de culpa, inutilidad, impotencia o vergüenza.

Generalmente, se hace evidente la pérdida de interés o placer en pasatiempos y actividades que antes se disfrutaban. Disminución de energía, fatiga, «ralentización» ( un efecto secundario de la radiación); dificultad de concentración, memoria, toma de decisiones ( un efecto secundario de la quimioterapia).

En algunos casos se pueden presentar cambios en los patrones de sueño como: pérdida de sueño, despertar temprano en la mañana, dormir demasiado; cambios de apetito y/o peso (aumento o pérdida).

En los casos más avanzados o complejos, los pacientes pueden tener pensamientos de muerte y ocasionarse autolesiones, inquietud, síntomas físicos persistentes e  intentos de suicidio

 

¿Cómo se diagnostica?

En general, tu cirujano de cáncer de cabeza y cuello, oncólogo u otro miembro de tu equipo de atención médica te hará seguimiento realizando preguntas sobre tu estado de ánimo y comportamiento.

Dependiendo de la metodología clínica de tu médico, es posible que te soliciten responder una lista de preguntas que se utilizan para detectar la depresión. En algunos casos, se te remitirá a un especialista en atención de salud conductual para una evaluación adicional.

 

¿Cuál es el tratamiento?

Es importante que los pacientes con cáncer de cabeza y cuello, sus seres queridos y los proveedores de atención médica permanezcan conscientes y atentos a la posibilidad de desarrollar depresión.

Si notas alguno de los síntomas que mencionamos antes en tí o en una persona cercana, busca ayuda. Puedes empezar hablando con familiares o amigos de lo que has estado sintiendo y comentarlo con tu cirujano de cáncer.

El manejo de la depresión en las personas con cáncer puede incluir asesoramiento, medicamentos o una combinación de ambos y, a veces, otros manejos especializados. Estos tratamientos mejoran la depresión, reducen el sufrimiento y ayudan a la persona con cáncer a tener una mejor calidad de vida.

 

¿Cuándo debo llamar a mi médico?

Estos son algunos signos cruciales que pueden alertar de un estado depresivo mayor:

  • Pensamientos suicidas o no poder dejar de pensar en la muerte.
  • Comportamientos que pueden poner en riesgo la seguridad e integridad personal.
  • Falta de apetito y/o sueño, y falta de interés en sus actividades habituales durante varios dí
  • Dificultad para respirar, sudores constantes o sensación de inquietud permanente.

Si has experimentado algunos de los síntomas enumerados anteriormente la mayoría de los días durante al menos dos semanas, es posible que estés experimentando depresión. Debes llamar a tu proveedor de atención médica y pedirle ayuda.

Si no estás seguro, pero te preocupan los posibles síntomas relacionados con la depresión, pide ayuda. Muchas veces, aunque los pacientes no tengan depresión, pueden presentar angustia relacionada con el diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello; aplicar estrategias para prevenir la depresión en estas etapas puede ser de gran ayuda.

 

¿Qué hacer si tienes cáncer y depresión?

  • Habla sobre los sentimientos y miedos que tú o tus familiares tengan. Está bien sentirse triste, enojado y frustrado, pero no te desquites con las personas cercanas.
  • Es importante escucharse con atención, decidir juntos qué pueden hacer para apoyarse mutuamente y animarse, pero no obligarse, a hablar.
  • Busca ayuda a través de grupos de apoyo y asesoramiento.
  • Utiliza la atención plena, la oración, la meditación u otros tipos de apoyo espiritual.
  • Prueba ejercicios de relajación y respiración profunda varias veces al día. (Por ejemplo, cierra los ojos, respira profundamente, concéntrate en cada parte del cuerpo y relájala, comenzando con los dedos de los pies y avanzando hacia la cabeza. Cuando estés relajado, imagínate en un lugar agradable, como una playa con brisa o un prado soleado.)
  • Considera trabajar con un consejero profesional para lidiar con los cambios en tu vida.
  • Pregunta sobre tratamientos para la depresión.

¿Qué puedo hacer como familiar o cuidador?

  • Trata de incentivar amablemente al paciente a hablar sobre sus miedos y preocupaciones. No obligues al paciente a hablar antes de que esté
  • Escucha atentamente sin juzgar los sentimientos del paciente ni los tuyos. No obstante, está bien señalar y no estar de acuerdo con pensamientos contraproducentes.
  • Evita decirle a la persona frases como: «anímate» o «piensa positivamente».
  • Decidan juntos qué pueden hacer para apoyarse mutuamente.
  • No intentes razonar con la persona si el miedo, la ansiedad o la depresión son graves. Busca ayuda de alguien del equipo de atención del cáncer.
  • Involucra a la persona en actividades que disfrute.
  • Ten en cuenta que los cuidadores también pueden deprimirse. Todas estas sugerencias también pueden usarse para los cuidadores.
  • Tómate el tiempo para cuidarte. Pasa tiempo con tus amigos o haz cosas que disfrutes.
  • Considera buscar apoyo para ti mismo a través de grupos o consejería individual.

¿Se puede prevenir la depresión en pacientes con cáncer de cabeza y cuello?

Si bien no existe una estrategia o tratamiento infalible que evite que un paciente desarrolle depresión, la evidencia sugiere que proporcionar información, conocimientos y habilidades sobre el tratamiento y sus consecuencias hace que el paciente sea más activo y participativo, reduce los síntomas de ansiedad y depresión y también mejora la calidad de vida.

Las acciones de educación en salud comprenden prácticas de enseñanza y aprendizaje desarrolladas para que el paciente pueda analizar críticamente su realidad, estimulando la búsqueda de soluciones y la toma de decisiones de los problemas vividos en el proceso de la enfermedad.

Como siempre la mejor herramienta será apoyarte en tu cirujano de cáncer de cabeza y cuello y en el equipo médico que lleva tu caso, sin olvidar la importancia del apoyo familiar, para encontrar la mejor forma de hacer frente a esta difícil situación. Si te pareció interesante este contenido, déjanos saber en los comentarios si ¿Has lidiado con la depresión antes y cómo lo has manejado?

¿Por qué salen ganglios en el cuello?

¿Por qué salen ganglios en el cuello?

No hay nadie mejor que nosotros mismos para notar cambios en nuestro cuerpo, por eso cuando percibimos un bulto en el cuello, una protuberancia que antes no estaba allí, la preocupación puede ser enorme.

Es común asociar los bultos en el cuello con el cáncer, sin embargo, no necesariamente tiene que tratarse de esta enfermedad. Existen muchas otras condiciones y patologías que pueden ocasionar la aparición de estas protuberancias, por eso, si te interesa conocer más del tema, en este artículo te contaremos todo lo que debes saber sobre los ganglios en el cuello.

 

¿Qué es un ganglio?

Los ganglios o ganglios linfáticos son estructuras esféricas que forman parte de nuestro sistema linfático. Están formadas por células del sistema inmune de nuestro cuerpo y tienen un papel vital en la capacidad de este para combatir infecciones.

Funcionan como filtros, atrapando virus, bacterias y otras causas de enfermedades antes de que puedan infectar otras partes de tu cuerpo. Hay cientos de ganglios en nuestro cuerpo y muchos de ellos se encuentran en la región de la cabeza y cuello, siendo estos los que se inflaman con mayor frecuencia, así como también los de las axilas e ingles.

 

¿Por qué aparecen bultos en el cuello?

Normalmente, pueden aparecer dos tipos de bultos en el cuello: ganglios inflamados y masas o protuberancias (que pueden ser benignas o no). Es decir, tus ganglios siempre han estado allí, solo que se hacen visibles cuando existe una condición subyacente que los hace inflamarse.

Los ganglios se inflaman por lo general como respuesta ante alguna infección, pero también puede ser ocasionado por ciertos medicamentos, enfermedades del sistema inmunológico y cánceres como el linfoma y la leucemia. No obstante, también es posible que los ganglios se inflamen sin motivo aparente, en cualquier caso, si la inflamación empeora o no desaparece tras unas semanas es recomendable acudir con un especialista.

 

¿Dónde pueden aparecer?

Los bultos en el cuello pueden localizarse dentro o debajo de la piel, como es el caso de los quistes sebáceos, acné quístico, o lipoma. Pueden ser duros o blandos y sensibles o no sensibles.

El lugar donde se originan es fundamental para determinar de qué se trata. Debido a que el cuello es una estructura anatómica compleja, donde hay muchos músculos, tejidos y órganos, hay muchos lugares donde puede aparecer un bulto, entre estos:

  • La glándula tiroides
  • Glándulas paratiroides, que son cuatro glándulas pequeñas ubicadas detrás de la glándula tiroides
  • Músculos del cuello
  • La tráquea
  • La laringe
  • Vértebras cervicales
  • Nervios del sistema nervioso simpático y parasimpático
  • El plexo braquial, que es una serie de nervios que van a las extremidades superiores.
  • Glándulas salivales
  • Varias arterias y venas
  • Ganglios linfaticos

¿Qué síntomas pueden presentarse?

Debido a que los bultos en el cuello pueden ser causados por una gran variedad de infecciones y enfermedades, pueden presentar síntomas muy diversos. Mientras que algunas personas pueden no tener síntomas, otros tendrán condiciones propias de la enfermedad que les está causando el bulto.

En general, si la protuberancia es causada por una infección, los ganglios linfáticos se inflaman haciéndose más visibles y perceptibles al tacto. También puede haber dolor de garganta, dificultad para tragar o dolor de oído.

Por su parte, los bultos sólidos pueden bloquear las vías respiratorias, causando problemas para respirar o cambios en la voz. En ocasiones, las personas con bultos en el cuello causados por cáncer, presentan cambios en la piel alrededor del área afectada, sangre o flema en la saliva.

¿Qué causa la inflamación de ganglios?

La causa más común de inflamación de los ganglios linfáticos es una infección, particularmente una infección viral, como el resfriado común. Otras posibles causas, incluyen:

Infecciones comunes:

  • Faringitis estreptocócica
  • Sarampión
  • Infecciones de oído
  • Diente infectado (absceso)
  • Mononucleosis
  • Infecciones de la piel o heridas, como celulitis.
  • Virus de inmunodeficiencia humana (VIH): el virus que causa el SIDA

Infecciones poco frecuentes:

  • Tuberculosis
  • Ciertas infecciones de transmisión sexual, como la sífilis
  • Toxoplasmosis
  • Fiebre por arañazo de gato

Trastornos del sistema inmunológico:

  • Lupus: Es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el corazón y los pulmones.
  • Artritis reumatoide

Cánceres

  • Linfoma
  • Leucemia
  • Otros cánceres que se han propagado (hecho metástasis) a los ganglios linfáticos

¿Debo ir al médico si tengo un ganglio en el cuello?

Ya sea que se trate de un bulto o un ganglio inflamado, lo ideal es consultarlo con tu médico de confianza en cuanto sea posible. Si recientemente notaste una protuberancia en tu cuello, puedes esperar un par de semanas para ver si la inflamación cede por sí sola.

Muchas veces, procesos infecciosos leves como una infección de oído o de garganta, pueden causar la inflamación, por lo que esta debería desaparecer en un par de días. No obstante, si el bulto empieza a causar problemas para tragar, para respirar, continúa creciendo o notas cambios en la voz, es fundamental que acudas a un especialista lo antes posible.

¿Qué esperar durante la consulta?

Para diagnosticar el origen del bulto en tu cuello, tu médico general empezará evaluando tus síntomas, historial y resultados del examen físico. Si en esta primera etapa, se encuentra alguna infección o enfermedad común, podrían recetarse antibióticos y seguimiento, de lo contrario, podrías ser remitido a un especialista como un otorrinolaringólogo, endocrinólogo o un cirujano de cáncer de cabeza y cuello, para que se pueda realizar una evaluación más detallada.

Algunas de las pruebas más comunes que podría sugerir tu especialista son las radiografías de senos nasales, radiografías de tórax, ecografía de cuello, biopsia por aspiración con aguja fina, resonancia nuclear magnética y/o tomografía axial computarizada de la cara o el cuello.

¿Y si tengo cáncer?

Una vez tu especialista realice todas las pruebas necesarias, si se confirma el diagnóstico de cáncer, el plan de tratamiento dependerá de factores como tu edad, salud general, tipo de cáncer entre otros.

Las opciones de tratamiento para los cánceres de cabeza y cuello incluyen cirugía, radioterapia, yodoterapia (para los cánceres de tiroides) y quimioterapia. La detección temprana de la enfermedad es un elemento clave para el éxito del tratamiento.

¿Es recomendable extirpar los ganglios?

Durante la cirugía de cáncer de cabeza y cuello, es posible que se extirpen algunos ganglios linfáticos. Al tratarse de una parte de un complejo sistema de “filtrado” del cuerpo, es posible que el drenado del líquido linfático del área afectada se vea comprometido.

En general,esto puede causar una condición denominada linfedema, pero que en el area de cabeza y cuello no tiene mayores complicaciones. No obstante, se trata de una condición tratable, que no afectará tu sistema inmunológico y tampoco debería causar grandes complicaciones a tu salud general.

5 enfermedades que causan bultos en el cuello

Existen muchas condiciones médicas que pueden causar la aparición de bultos en el cuello, algunas más complejas que otras, estas son algunas de ellas:

Mononucleosis infecciosa: Es causada generalmente por el virus Epstein-Barr (EBV) y afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Los síntomas principales incluyen fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, sudores nocturnos y dolores corporales.

Nódulos tiroideos: Se trata de bultos sólidos o llenos de líquido que se desarrollan en la glándula tiroides. Con frecuencia son inofensivos, pero pueden ser un signo de cáncer o disfunción autoinmune. Los síntomas más comunes son un bulto o inflamación en el cuello, tos, voz ronca, dolor de garganta o cuello, dificultad para tragar o respirar.

Amigdalitis: Es una infección viral o bacteriana que afecta los ganglios linfáticos de las amígdalas. Los síntomas incluyen, dolor de garganta, dificultad para tragar, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y mal aliento. En algunas ocasiones pueden aparecer manchas blancas o amarillas en las amígdalas.

ncer de tiroides: Es el más común de los tipos de cáncer endocrinos y puede ser de múltiples subtipos. Los síntomas principales son tos, voz ronca, un bulto en la garganta, inflamación de los ganglios linfáticos y/o inflamación de la tiroides.

Cáncer de garganta: Este tipo de cáncer aparece con frecuencia en personas con antecedentes de tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, deficiencia de vitamina A, VPH e higiene dental deficiente. Incluye el cáncer de laringe, de cuerdas vocales, amígdalas y orofaringe. Puede presentarse como carcinoma de células escamosas o adenocarcinoma. Los síntomas incluyen cambios en la voz, dificultad para tragar,  pérdida de peso, dolor de garganta, tos e inflamación de los ganglios linfáticos.

Los bultos en el cuello pueden aparecer en cualquier persona y en cualquier momento y por lo general no representan un signo de algo más grave. Sin embargo, como método de prevención siempre es recomendable acudir con un especialista si detectas alguna anormalidad en tu cuello.

Como en todas las enfermedades, es mejor obtener un diagnóstico y tratamiento lo antes posible, especialmente si resulta ser el indicio de una enfermedad más compleja. Si te gustó este artículo, déjanos saber en los comentarios si ¿Chequeas con regularidad cambios en la salud de tu cuello? y ¿Qué es lo primero que harías en caso de encontrar un bulto en tu cuello?